Errores de las relaciones que aprendimos del cine, y cómo remediarlos

No cabe duda que los humanos aprendemos por imitación. Y sin importar lo avanzados que puedan estar los sistemas educativos hoy en día, lo intelectual reina sobre lo sentimental, y sin educación sentimental, muchos recurrimos a la fuente de emociones más grande que conocemos: el cine y la televisión.

No hay que perder de vista que lo que sucede en las películas no es la vida real. Son situaciones tomadas de la realidad, pero exageradas, cortadas y maquilladas para que sean interesantes de ver. Sino, sería aburridísimo de ver (coff coff, ultra-realismo alemán).

Puede que muchos hayamos sido malcriados por el cine para nuestras relaciones sentimentales. Así que hemos hecho una lista de las cosas que suceden en el cine, que no está bien que sucedan en la vida real. Para ello, aquí van los errores sentimentales que suelen pasar en el cine y que quizás no deberías repetir en tus relaciones.

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Irse cuando comienza una discusión

Este es un mecanismo bastante dramático para terminar una escena en el cine. Pero en la vida real, lo que sucede si no te quedas a terminar una conversación que debe tenerse y sales corriendo a la primera ocasión, lo que sucede es que te quedas sol@, y nadie sale corriendo a detenerte.

Aunque duela, escucha lo que las personas que amas están tratando de decirte, rara vez te dirán las cosas por lastimarte nada más. Lo que es más, una mejor comunicación equivale a una mejor relación.

Esperar/hacer grandes detalles

Amar a alguien no quiere decir llevar mil margaritas amarillas, nombrar una constelación en tu nombre, sostener una bocina sobre su cabeza frente a tu ventana. No diario, ni siempre. Hay gestos más importantes que lo grande o lo vistoso, como respetarse, ser amables el uno con el otro aunque estén en medio de una pelea. Esos son los detalles que verdaderamente importan, no las grandes cosas que se hacen una vez. No son una base sólida para el amor.

Además, en la vida real entrar a casa de alguien para decorar su cuarto, seguirlo o mirarlo mientras duerme te consigue una cita segura… con la policía.

Esperar al último momento para confesar tu amor

Típico, en las películas sucede que él o ella esperan al último momento para confesar sus sentimientos, corren al aeropuerto, incluso compran un pase de abordar para poder entrar a la sala, o a detener una boda.

De esto tengo muchos comentarios, como que en realidad hacer eso y esperar una respuesta es egoísta. Aunque la persona te corresponda, ¿Qué significa? ¿Van a comenzar una relación a larga distancia? Estás poniendo a la otra persona en una situación difícil, o más difícil si es que se va a mudar, o casar (como si eso no fuera ya bastante complicado).

Lección de vida, esperar hasta el último momento es mala idea.

Hacer de todo, excepto tener conversaciones sinceras

Muchos conflictos en las películas románticas inician con una mentira o una confusión que llega a grandes proporciones. Y que, por cobardía el personaje principal mantiene hasta las últimas consecuencias, cuando siempre pudo haberse solucionado con una simple y honesta conversación. Si es un síntoma secundario de tus relaciones personales, es hora de fajarse los pantalones y ser honestos, la verdad es que rara vez obtendrás las consecuencias desproporcionales de lo que sucede en una película.

Recurrir al compromiso como último recurso

¿Cuántas veces en el cine o en series no vemos de esas relaciones que no van a ningún lado? Y entonces, en un acto desesperado, él decide proponer matrimonio. A lo que yo digo, deténganse. Si no funciona desde antes de la boda, ¿Qué les hace pensar que funcionará después? El compromiso es algo que puede existir desde antes, no como un último recurso para impedir que el otro se vaya.

Esperar que alguien te arregle

Si no eres feliz contigo mismo, si tu vida no está bien, no puedes esperar que alguien más se encargue de poner todo en orden. Ese es tu trabajo. Aquí entran personajes como Edward Cullen o cualquier Manic Pixie Dreamgirl, las chicas soñadas que ayudan a los protagonistas a disfrutar la vida (como Summer, Clementine, etc). Nadie tiene porqué arreglar a nadie, y si no estás bien, no entres en una relación.