Reglas infalibles para mujeres emprendedoras

Cada vez son más las mujeres que conozco que buscan y encuentran los medios que les permitan hacer su propio camino hacia el éxito profesional. Hoy en día, el sueño de salir de la Universidad y convertirse en empleadas de confianza de las mejores empresas está quedando atrás, porque se han dado cuenta que en este mundo tan competitivo todavía existen grandes oportunidades de alcanzar el éxito con tu independencia laboral.

El emprendimiento dejó de ser exclusivo para los hombres, las mujeres le entramos con todo a esta nueva era y sin importar que fuera con una pequeña florería, una librería, galería de arte, editorial o lo que sea, tenemos ejemplos reales de colegas que han escrito grandes historias y son referencia mundial en el sector empresarial.

Según un estudio de Cox Business, 61% de las mujeres empresarias comenzó un negocio para ser su propio jefe, y más del 50% lo hizo para tener un mayor control sobre su futuro.

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Es un buen número, pero podría ser mayor. El asunto es que nos asaltan todo tipo de miedos y la zona de confort de la familia, el horario o un buen sueldo nos hacen sentir que no necesitamos nada más. Pensar en tener tu propio negocio implica una etapa dura, de poco tiempo para ti y mucho para la empresa, pero es necesario entender que es parte de la receta, porque si fuera fácil todo el mundo lo haría ¿cierto?

Hay 5 reglas básicas pero muy efectivas para aplicar cuando estas a punto de dar ese paso hacia la libertad empresarial. Deshazte de tus temores y toma nota.

Abraza tu sueño: por más loco que suene y aunque la mitad de tu gente no lo apruebe. Grandes ideas se han quedado truncas por la falta de aprobación de los seres queridos del valiente. Así que no seas una historia más de los “hubiera” y lánzate al ruedo.

Celebra las pequeñeces: en la primera etapa necesitarás ser lo más positiva posible y las porras no deben faltar. No importa si es porque por fin conseguiste una cita o lograste terminar antes de lo planeado. Todo eso merece un festejo.

Ponte objetivos a corto plazo: cuando inicias con la idea, futureas demasiado y te pierdes en un hermoso cuento donde todo es éxito y triunfos. Llega un punto en el que debes bajar esa historia y convertirla en un montón de pasos pequeños y constantes para hacer diario.

Que el dinero no te angustie: hay que cambiar el chip y en lugar de preocuparte por todo el dinero que estás gastando, ocúpate de hacer que cada peso invertido valga la pena. Nunca debes temer a lo que haces para desarrollar tu sueño.

Agradece: no importa si un día es mejor que otro, no dejes de agradecer todo lo que llega a ti en esta gran aventura.

De todas las experiencias que conozco y desde la personal, puedo asegurarte que emprender no es sencillo, pero las recompensas de lograr hacer las cosas desde tu propio talento, posibilidad y trabajo te dan una satisfacción que jamás encontrarás en otro lado. Sobre todo cuando la compartas con la gente que amas.