A veces, sin darnos cuenta, decimos cosas que pueden ofender a los demás. Obviamente, es difícil captar las susceptibilidades de cada una de las personas con la que hablamos, pero deberíamos hacer el esfuerzo y pensar dos veces las cosas antes de decirlas.
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En el caso de las mujeres, hay muchas frases que solemos usar, pero que en realidad, no nos favorecen mucho. Muchas de ellas tienen un tinte machista, otras, son palabras aprendidas de nuestras madres o abuelas; mujeres de otras generaciones que vivían en contextos sociales muy distintos al de nosotras.
El cine y la televisión también tienen la culpa. Aunque en las pantallas puedan tener sentido, los clichés no siempre son adaptables a la realidad (ojalá nunca los usáramos)
¿Se han preguntado por qué creemos que decirle a otra mujer que está más delgada tiene que ser algo halagador o positivo? O, en realidad, ¿por qué agradecemos cuando alguien nos dice que nos vemos bien porque perdimos un poco de peso?
Haciendo esto, lo único que logramos es seguir perpetuando y reafirmando la idea de que las mujeres valemos más o menos según nuestro aspecto físico. Podemos hacer comentarios como éstos, observaciones y si la persona te confirma que se ha esforzado para adelgazar, puedes felicitarla.
También está el clásico: “¿me veo gorda con este vestido?” Dejemos de preguntarnos esto. Sabes que, con suerte, una de tus amigas te dirá si en realidad te ves “gorda” y su sinceridad probablemente no te servirá de mucho.
Si preguntas este tipo de cosas, vas a tener que enfrentar las consecuencias. Lo mejor que se puede hacer, es usar la ropa que te gusta, que te hace sentir bien, sin importar si los demás creen que te ves mal. Tú te sientes bien, y no necesitas que tus amigas lo reafirmen.
Tu pareja terminó contigo, ¿qué te dicen tus amigas? “No importa, tú eres mucho mejor que él y que cualquier otra mujer”. El hecho de que él termine contigo no tiene que ver con tu valor. Puede ser que, para él, las cosas no funcionaron y eso no te hace más o menos valiosa.