Espectáculos

La música como un camino hacia la felicidad

Joe Vasconcellos junto al lama Khenpo Phuntzok Rinpoche expusieron sobre el arte, la felicidad y la meditación para alcanzar un estado superior.

La Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico fue anfitriona del conversatorio“El arte como camino hacia la felicidad”, organizado por la única escuela con visión humanista transpersonal en Latinoamérica que incluye a la línea budista como uno de sus afluentes.

Los invitados a este encuentro, el destacado músico nacional Joe Vasconcellos y el lama Khenpo Phuntzok Rinpoche del Centro de Meditación Drikung Kgyu, fueron los protagonistas de la jornada que ,durante tres horas, combinó la música y la espiritualidad.

Todo comenzó con un dicho típico: “la risa abunda en la boca de los tontos”. Vasconcellos fue quien lo dijo para destacar que es una frase errada, a pesar de que la hemos escuchado desde pequeños. Aunque la alegría parece algo postergable en estos tiempos, siempre va a tener un rol importante para el alma.

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El ser humano vino al mundo para ser feliz. Para descubrir su vocación, para eliminar los egos y para ponerse en el lugar del otro. Objetivos que se nublan con tantas preocupaciones que gobiernan la mente. Por eso la importancia de la meditación y de practicar la calma.

La música como camino de búsqueda y encuentro con lo trascendente

El tema medular del encuentro fue la importancia del arte y la cultura en el camino de cada persona. Los expositores explicaron que la música eleva al ser humano a un estado superior, lo ayuda a encontrarse en sí mismo y transmitir esta energía.

En definitiva, la música es uno mismo, con o sin instrumento. Para demostrarlo, ambos se sumergieron en los sonidos y tocaron canciones tibetanas acompañadas en guitarra.

La relación de la música con el budismo fueron fundamentales para la carrera de Vasconcellos. La melodía y el canto del budismo tibetano lo sedujeron para practicar la meditación, disciplina que los ayudó a entender su propósito con la música y a tener cuidado con el ego.

Para el artista, el escenario es un templo, un lugar sagrado en donde se expresan cosas:

Para mí, la meditación es llevar el cerebro al gimnasio. Es fundamental cuando tengo nervios al salir a tocar. Para eso medito un poco, aunque sea cinco minutos en el camino del camarín al escenario. Sales feliz y eso lo proyectas.

Los ritmos latinos y brasileños de Vasconcellos no se interpusieron en su interpretación de los cánticos de Khenpo en la presentación musical. Finalmente, el artista tocó algunas de sus canciones para contagiar al público con ese estado superior y cerraron el evento con bendiciones a través de la lectura de mantras.

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