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Gabriela Mistral, Rocky Balboa y Gene Simmons a crochet: la lana en su otra expresión

Personajes fuertes, icónicos y enigmáticos combinados con la dulzura y suavidad de la lana. Hay un mundo de posibilidades en el crochet y estas dos artistas chilenas lo plasman a la perfección.

Cuando piensas en crochet, ¿qué es lo primero que se te viene a la cabeza? Seguramente lo asociarás con prendas de ropa, adornos, sombreros de lana o una mantita para los niños.

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Esta técnica abarca todo eso, pero también hay mucho más. Macarena Ahumada Jones comenzó a tejer cuando era niña, pero a medida que fue creciendo, se dio cuenta de que la lana es mucho más versátil de lo que todos pensamos.

Esta emprendedora chilena estudió Licenciatura en Arte con Mención en Diseño Teatral en la Universidad de Chile y parte de su trabajo está siendo exhibido en este momento en el Centro Cultural Gabriela Mistral.

La exposición “Tejiendo a Lucila”, instalada en BiblioGAM desde el 5 hasta el 28 de noviembre, muestra los increíbles detalles que Macarena logra en su trabajo: expresiones, lenguaje corporal, personalidad e identidad, todo hecho a crochet.

A través de sus figuras, la artista ilustra momentos de la vida de Gabriela Mistral, que marcaron su experiencia y trayectoria como poetisa. Por ejemplo, cuando hizo su Primera Comunión en 1901, en su rol de profesora o el momento en que recibe el Premio Nobel de Literatura en 1945.

Además de Gabriela Mistral, Macarena hace figuras a crochet de distintos personajes públicos, como por ejemplo, Salvador Allende y Che Guevara, o los seleccionados del fútbol chileno Gary Medel y Arturo Vidal.

La idea es demostrar que el crochet no tiene por qué ser algo suave o inocente. Ha hecho figuras basadas en películas de terror como El Exorcista, pero la idea de hacer personajes del imaginario colectivo surgió cuando tejió figuras de Star Wars, y es justamente por esto que se hace llamar “La Warra de las Galaxias” en su página de Facebook.

Conversamos con Macarena para saber más de su trabajo, de sus motivaciones y de ese trasfondo que quiere darle al tejido y a la lana. Ella quiere ser “La Ninja del Crochet”, y claramente, lo ha logrado.

– Me imagino que siempre tuviste pasión por la expresión, ¿cuándo comenzó tu historia con el crochet? 

Estudié Lic. en Arte con Mención en Diseño Teatral, entré sin conocer mucho la carrera, sólo sabía que se hacían vestuarios y maquetas, que en realidad eran escenografías, pero a mi me fascinaban las maquetas. Ya dentro de la carrera me fue encantando todo, la pase muy bien y comencé a trabajar desde chica en compañías importantes.

El crochet lo tenía desde chica, al estar en colegio de monjas tenía un ramo de “Técnicas Manuales” que eran labores para que fuéramos buenas dueñas de casa (risas), y en casa había aprendido a tejer lo basico, así que siempre bordaba, cosía y tejía cosas para mis Barbies, recuerdo. Pero lo retomé más “seriamente” el 2010 cuando vivía en Argentina, donde cursaba un posgrado de Especialización en Lenguajes Artísticos Combinados en el IUNA. Ahí tenia tiempo libre y tejía por hobby, y a medida que probaba ideas, me salían bien y los amigos comenzaron a encargarme cosas. Después lo incluí en mis trabajos de posgrado e hice algunas performance con objetos tejidos.

– Tus creaciones no sólo retratan a la perfección los personajes, sino que también tienen un trasfondo social. ¿Qué te llevó a agregar ese factor provocativo a un rubro que suele asociarse a algo más bien inocente o “suave”?

Justamente esa “inocencia” y ese espíritu “abuelistico” de la lana es la que me empuja a tejer personas, escenas y objetos de naturalezas diversas, Para mí, la lana es un material más, como lo fuese cualquier material de escultura, sé que puedo crear los volúmenes y formas que quiera, entonces la elección de lo que tejo es ilimitada. Puedo tejer lo que pase por mi cabeza, o por la cabeza de quienes me encargan figuras. Eso me encanta, yo me ocupo de ser lo más fiel posible a lo que veo en la foto que uso de referencia, es muy intuitiva la materialización de esas ideas.

Es más, alguien me comentó una vez que soy como una impresora 3D de lana y me encanta pensar que pasa un poco eso. No uso moldes, ni podría, siento que mis manos traducen naturalmente las imágenes a formas. Y justamente cuando tejo figuras más violentas o sangrientas es hermoso lo que ocurre porque es como que la lana les otorga impunidad. He tejido armas o aparatos tecnológicos y es como si fuesen réplicas “blanditas” de la realidad. Me gusta mucho jugar y reírme de lo que hago en general, por eso no tengo pudor en elegir personajes conflictivos, la lana los iguala, pasan a ser muñequitos y pierden toda carga siniestra. Me permite cruzar personajes que históricamente no podría jamás cruzar.

– Es increíble cómo logras plasmar la expresión de cada personaje. ¿Cómo son tus procesos de trabajo día a día? ¿Te dedicas 100% a ello o trabajas en otros proyectos de forma paralela?

Gracias, es hermoso oír eso, cuando la gente reconoce esas expresiones, a mí también me sorprenden pues cuando tejo, si bien manejo la técnica que uso, hay un margen de azar en donde la lana se comporta como quiere y a veces sólo tirando más una hebra puede cambiar un gesto, es un juego de sutilezas que de a poco he ido aprendiendo y seguiré en eso.
Tejo casi todo el día, depende de los pedidos o si estoy preparando alguna Exposición.

Tengo que dividir mis tiempos si estoy diseñando para alguna obra de teatro, las clases que doy como profesora de vestuario, las costuras que hago como “pituto” y los entrenamientos (entreno artes marciales mixtas justo desde la misma época en que partí con los tejidos). Me encantaría poder vivir de mis esculturas de lana, porque la paso muy bien haciéndolas y me encanta cómo la gente los disfrutan, cuando las regalan y me cuentan las reacciones de quien los recibe, es muy bacán eso.

– Has logrado formar un emprendimiento muy original y ahora estás exhibiendo tu exposición “Tejiendo a Lucila” en el GAM. ¿Crees que en Chile falta destacar más a figuras femeninas de tal influencia como Gabriela Mistral? 

Así es, falta mucho reconocimiento, pero más que nada porque falta conocer más, eso es labor de cada uno, pero sería genial que en las casas y colegios se fomentara. Hay mil maneras de llegar hoy en día a la información, yo redescubrí a Gabriela a través de este trabajo, al buscar las imágenes que iba a tejer, leí cosas de su vida que desconocía y era una mina muy grosa, no era sólo la que escribió poesías para niños; era una mujer muy moderna, una adelantada para su época, muy inteligente que logró destacar en el extranjero, con un legado educacional. Tenía una biografía súper interesante, su manera de relacionarse, de vivir el amor, sin ser víctima, era una mujer muy power.

– Hablando de emprendimiento, ¿crees que las mujeres nos estamos atreviendo más con nuestras ideas? 

Sí, pasa que es como natural para las mujeres ser más aperradas, ya no se llora y se espera que el destino o el príncipe azul para que venga a salvar a nadie. Hoy en día hay que salir a pelearla no sólo por necesidad, sino también por cumplir metas, o sueños. En mi caso, esta es una pasión que tengo, yo tejo porque me hace feliz y porque necesito trabajar, hay que atreverse no más. Yo empecé a venderlos porque necesitaba hacerme unas monedas, y de repente pasó a ser mi único ingreso y me salvó bastante tiempo. Ahora en Chile estoy tratando de dar a conocer mi trabajo, espero me vaya bien, sigo vendiendo afuera, por los contactos que generé y que la misma gente que los comparte. No tengo una estrategia de marketing, y debo ocuparme de mejorar eso. Por lo pronto quiero que la gente conozca y disfrute mi trabajo, como lo disfruto yo.

– ¿Recuerdas alguna anécdota o encargo que haya tenido una historia interesante?

He tejido harto, en Argentina sobretodo que es donde estuve cuatro años viviendo en gran parte de este proceso. Historias lindas como una clienta que me encargó a su abuelo fallecido para regalárselo a su papá que aún no podía recuperarse y lo extrañaba mucho. Lo tejí con todos los detalles que ella me pidió con fotos y todo, y cuando se lo dio a su papá él lloró se emocionó mucho, le encantó y ella fue feliz al verlo. Me escribió para contarme y es así como hoy en día aún tengo contacto, me encarga regalos cada tanto. Otras más anecdóticas como haber tejido a un famoso futbolista argentino, que se lo iban a regalar a él mismo. He tejido muchos políticos; la gente es fanática de cosas loquísimas y me encanta ser parte de ello. Es más, tejí a mi papá y él es feliz, se lo muestra a quien vaya a su casa.

Soy de Lana

Nathaly Lepe es periodista pero, además, es una verdadera profesional del crochet; al igual que Macarena Ahumada, aprendió en un colegio católico junto a sus demás compañeras en el ramo de Técnicas Manuales.

Las religiosas le enseñaron los puntos básicos del crochet y lo primero que hizo fue una bufanda larga para el Día del Padre. De hecho, tejió tanto que le daba dos vueltas al cuello a su padre y el resto llegaba hasta las rodillas.

Desde entonces, empezó a practicar y se convirtió en un hobby más. Aprendía nuevos puntos, se conseguía revistas y tejía para sus amigas o para decorar su casa.

Primero se dedicó a hacer paños y manteles para los muebles, y lo hizo hasta el año 2013. En el invierno de aquel año tenía en sus manos una lana, crochet y se le ocurrió hacer “Amigurumis”, personajes fabricados con esta técnica:

Estaba aburrida y, pensando qué hacer, dije voy a tejer monitos de lana. Busqué patrones en Internet y así partí. Ya sabía cómo interpretar un patrón así que aprendí sola y mirando también algunos tutoriales de YouTube.

Ahí comenzó una nueva etapa para Nathaly. Desde entonces, sus palillos de crochet dieron vida a personajes de Navidad como, viejos pascueros (Santa Claus), venados, los personajes de “Pocoyo”, ositos, entre otros pedidos que le hacían sus compañeros de trabajo y amigos.

Pero su mayor orgullo fue hacer a uno de los integrantes de la banda “Kiss”, el legendario Gene Simmons. De hecho, pudo regalar este “amigurumi” al verdadero Gene cuando visitó Chile:

El personaje de Gene Simmons es uno de mis favoritos. No porque tenga una dificultad mayor, sino porque llevaba varios detalles y fue el primer “amigurumi” que realicé sin seguir un patrón.

Sin duda, dar vida a estos personajes se ha convertido en una terapia. Cada personaje es único, tiene diversas dificultades, por lo que es un técnica que requiere mayor concentración:

Es un método para aliviar el estrés y la angustia. También me sirve para concentrarme, sobre todo porque es un trabajo muy metódico, tanto cuando trabajas con patrones como cuando lo haces desde tu imaginación.

Por el momento, Nathaly ha dejado de hacer estos personajes, aunque siempre hace una excepción cuando alguien le pide alguno en especial.

Tiene un Fan Page en Facebook llamada “Soy de Lana”, donde muestra sus creaciones: bufandas, colchas para camas y, por supuesto, sus “amigurumis”.

Macarena y Nathaly tienen algo más en común, aparte del amor por el crochet: reflejar su sello personal en cada una de las figuras que crean y demostrar que la lana es mucho más versátil de lo que generalmente se piensa.

Si estás interesada o interesado en hacer encargos, estas dos artistas están 100% atentas a sus páginas de Facebook. Macarena Ahumada también está disponible por correo para cualquier duda o consulta en santocrochet@gmail.com.

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