La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció una buena noticia tras la polémica del informe que indicaba que el consumo de carnes rojas y embutidos tendría una estrecha relación con el aumento del cáncer.
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El organismo anunció que la mortalidad materna se redujo cerca del 44% desde 1990. Esto en cifras, quiere decir que si en ese año morían 532.000 por complicaciones en el embarazo o en el parto, en 2015 la cifra se redujo a 303.000 decesos.
De acuerdo con el informe de la OMS , se entiende por mortalidad materna el deceso de una mujer durante el embarazo, el parto o las 6 semanas después del parto.
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Flavia Bustreo, subdirectora general del departamento de Salud de la Familia, la Mujer y el Niño de la OMS, explica que los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) han dado un impulso sin precedentes en la reducción de la mortalidad materna:
En los últimos 25 años, hemos conseguido reducir casi a la mitad el riesgo de que las mujeres fallezcan por causas relacionadas con el embarazo. Se trata de un progreso importante, aunque no suficiente. Sabemos que para 2030 es posible poner fin casi por completo a estas muertes, y nos comprometemos a trabajar para lograrlo.
La posibles causas de esta reducción sería el mayor acceso a servicios sanitarios de calidad durante el embarazo y el parto.
Además hay una mayor preocupación por las intervenciones consideradas como “básicas”, entre ellas, mantener una higiene adecuada para reducir el riesgo de infección, inyectar oxitocina inmediatamente después del parto para reducir el riesgo de hemorragia grave, diagnosticar y tratar problemas potencialmente mortales como la hipertensión inducida por el embarazo, y garantizar el acceso de las mujeres a servicios de salud sexual y reproductiva y de planificación familiar.
El médico Babatunde Osotimehin, Director Ejecutivo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), indicó que el logro de poner fin definitivamente a estas muertes requerirá de un trabajo más complejo:
Si en los próximos 15 años no aumenta el número de matronas y de otros trabajadores sanitarios con conocimientos obstétricos, los avances en muchos países con altas tasas de mortalidad materna pueden ser lentos e, incluso, pueden revertirse.
Por otra parte, el informe también indicó que al término de este año, cerca del 99% de las muertes maternas habrán ocurrido en las regiones en vías al desarrollo y que 66% corresponderán a África Subsahariana, la región más pobre del mundo.
El mayor progreso de estas cifras se registró en Asia oriental, donde el ratio cayó de 95 a 27 fallecimientos por cada 100.000 nacidos vivos, lo que representa una reducción del 72%.