La música trae muchos beneficios para quienes la escuchan y es el complemento ideal para ambientar un lugar, relajarse, estudiar, hacer ejercicio y muchas otras actividades del día a día.
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También entrega beneficios durante el embarazo, tanto para la madre como para el bebé. A través de ella se puede estimularlo desde que está en la barriga, ya que reacciona y se emociona igual que un adulto.
A partir de la semana 20 el feto puede oír, entonces la música es un medio para que pueda captar el estado de ánimo de su madre y fortalecer el vínculo entre ambos.
También estimula su frecuencia cardíaca y el desarrollo cerebral por la activación de millones de células a partir de las resonancias vibratorias. Mientras que a la madre le incrementa la producción de endorfinas y también la relajación.
El efecto de los sonidos es tan poderoso que cuando el bebé nace, es capaz de reconocer la música que escuchaba en el vientre de su madre. Esto puede ser de gran ayuda para calmarlo y relajarlo cuando llore o no pueda dormir por algún motivo.
En cuanto al tipo de música, algunos expertos han coincidido que la música clásica o las baladas sencillas y suaves son las apropiadas. Destaca la de Mozart por fomentar el desarrollo intelectual y creativo.
El rock pesado no es recomendable porque el líquido amniótico donde habita el feto tiene la capacidad de ampliar el volumen de los sonidos, lo que puede resultar molesto.
Desde la primera fase del embarazo es importante que la madre comience a escuchar música para relajarse y transmitirle paz y calma a su hijo.
Además, esto contribuirá al desarrollo del lenguaje porque se le está enseñando a escuchar. La música incide tanto que puede marcar su desarrollo, creatividad e incluso su inteligencia.