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Natalia Valdebenito: “Los humoristas sienten más presión por triunfar porque compiten fálicamente”

La única humorista mujer en el Festival de Viña del Mar nos cuenta sus impresiones a dos semanas de presentar su rutina de stand up comedy.

El humor es un terreno difícil, escarpado, foco de críticas pero también lleno de gloria y fama. El Festival de la Canción de Viña del Mar, el evento más importante del verano y uno de los más vistos en Latinoamérica -se espera más de 150 millones de espectadores- es el lugar donde además de presentarse cantantes conocidos a nivel internacional, también cobija los humoristas más talentosos, populares o que han disfrutado de un año lleno de éxitos y reconocimiento en Chile.

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Y Natalia Valdebenito puede decir con toda propiedad que es una de las humoristas que integra este selecto grupo de comediantes que ha destacado por su talento a través de sus diversas presentaciones en el grupo de stand up comedy “Hardcore”– junto a Jani Dueñas, Paloma Salas y José Miguel Villouta- “Gritona”, su primer espectáculo totalmente sola y “Café con Nata”, el programa radial que se transmite de lunes a viernes y que siempre figura como Trending Topic durante las mañanas.

La chilena que tuvo sus comienzos con la serie “Cabra Chica Gritona” cuando era una veinteañera, labró de a poco su camino en el mundo del humor. Pero con su participación en el programa de televisión “El Club de la Comedia” logró tomar un vuelo definitivo en el mundo del stand up, aunque también tuvo varias dificultades y conflictos en un terreno dominado por hombres, en que el machismo era una constante.

Desde entonces, Natalia ha cosechado sólo logros y satisfacciones personales y profesionales, y su actuación en el Festival de Viña del Mar será su examen de grado. Sin embargo, a pesar de esta “presión mediática”, Natalia se mantiene muy tranquila y en un estado “zen”.

A través de una entrevista telefónica, Natalia nos cuenta entre opiniones tajantes y risas desbordadas, sus impresiones a dos semanas de presentarse en Viña del Mar; sobre el cambio que se ha vivido en el escenario humorístico femenino y principalmente, del hecho de ser la única mujer humorista que se presentará en el certamen.

Primero que todo, antes de tu presentación en el Festival se viene la Gala y la alfombra roja del certamen. ¿Qué opinas de este show televisivo? ¿Vas a ir?

No voy, así de importante es para mí (risas). Lo que pasa es que esta es una actividad del programa “Primer Plano” y no es del Festival. Mi impulso es estar tranquila y de hecho pregunté a la organización si era obligación ir. Me dijeron que no era una obligatorio, así que lo descarté completamente.

Entonces no te importa nada la gala…

No porque es justo los días previos y me parece que preocuparse por algo que es una fiesta, que no lo encuentro nada malo, es ponerle energía a algo que es innecesario.

¿Ni siquiera por ir a pasarlo bien, por el copete , la fiesta?

No porque entre copete y carrete, tengo cada vez que quiero (risas)

Y a dos semanas de tu presentación en el Festival, ¿cómo te sientes? ¿Te estás preparando?

Tuve la suerte de planificarme muy bien porque las negociaciones empezaron mucho tiempo atrás y  tuve la oportunidad de hacerme la idea. Y precisamente cuando firmé, pude organizarme cómo iban a ser estos meses de enero y febrero.

Organicé febrero sólo para esto, sacándome fotos, dando entrevistas, tanta cosa que implica esto y el tiempo que necesito para estar concentrada. He ido al gimnasio para estar con la cabeza más tranquila, harta concentración…y harto amor (risas).

– ¿Y en qué consistirá tu rutina? ¿Será una rutina totalmente nueva o tendrá algo de los stand up “Hardore” o “Gritona”?

De “Hardcore” no tiene nada porque me sacarían con los pacos (risas) De “Gritona” sí, y la verdad es que dando vuelta al asunto, yo creo que hay que ir con material probado y no arriesgarse con algo que te puede generar inseguridad.

Mi rutina está armada para un público masivo pero siempre manteniendo mi esencia, mi estilo, mi opinión y toda esa “volá”. Traté de hacer una rutina que, según yo, les va a gustar a todos y me incluyo porque para mí es súper importante estar conforme.

– ¿Te sientes presionada con enfrentar a un público tan masivo, en comparación a tus presentaciones en “Gritona” y “Hardcore”?

Lo que pasa es que Viña tiene este contexto mediático. Yo diría que es lo único complicado porque en general soy súper arriesgada, siempre me someto a situaciones extremas.

Por ejemplo, he actuado fuera de Chile donde he tenido que partir desde cero, he actuado harto afuera, he estado en Estados Unidos, México, Costa Rica, Colombia,  Buenos Aires y ahí actué tres veces ante más diez mil personas en la calle. Obviamente, esas cosas no se saben aquí, pero he tenido la posibilidad de probar mi espíritu frente a las dificultades, lo que es muy entretenido.

Sí, el contexto es complicado sólo por el aspecto mediático, pero la pega en sí misma la disfruto harto, incluido el riesgo, el susto, la locura del escenario. Quizás muchos no entienden esto, incluso los mismos colegas. Yo no tengo idea cómo va a salir, yo no puedo aventurarme en el resultado, pero sí puedo asegurar que voy a entregar algo entretenido.

 – ¿Y sientes esa presión de triunfar en Viña? Recordemos que los resultados de mujeres humoristas han sido bastantes dispares, como el caso de Vanessa Miller, Natalia Cuevas…

No, yo creo que los hombres humoristas sienten más presión por triunfar porque compiten fálicamente (risas) ¡Por competir quién la tiene más larga! (risas).

No, fíjate que yo admiro mucho a Vanessa Miller y a Natalia Cuevas, tengo cero miedo a esa presión, a eso de “poner en alto el nombre de las mujeres” ya que el puesto de las mujeres chilenas está súper arriba porque somos bacanes en muchos aspectos.

A mí me encantaría dar vuelta la tortilla para que las dejen de molestar (risas) para que nos sigan invitando y para cambiar la historia. Pero yo creo que pertenezco a una generación de mujeres que hacemos reír. Presión no, pero sí ganas de que se sepa que lo que hacemos nosotras es un buen trabajo.

-Pero a partir de que ha pasado mucho tiempo desde las presentaciones de Natalia y Vanessa, ¿crees que el stand up comedy ha sido el responsable de cambiar el ambiente humorístico femenino?

Yo creo que sí porque revisé las actuaciones de Vanessa y Natalia para saber qué onda, ¡me sometieron a verlo! (risas) Y a diferencia de lo que hacemos nosotras, ya sea stand up o comedia, que era muy diferente a lo que se hacía en esa época, ellas siempre estaban acompañadas por un hombre.

Vanessa hacía un personaje que la acompañaba siempre “Anthony” -animador del Festival de Viña del Mar- y Natalia trabajaba con guionistas hombres. Entonces, la gran diferencia es que nosotras nos paramos solas. En mi caso, yo escribo sola.

De hecho, esto es cahuín, supe que todos los demás humoristas buscaron guionistas, apoyo, mientras que yo hice todo lo contrario ya que si lo he hecho sola todo este tiempo, ahora me la tengo que jugar también sola.

Entonces la gran diferencia es que ellas siempre se hacían acompañar o tenían equipos liderados por hombres, mientras que las mujeres ahora estamos escribiendo contenido para mujeres o desde la mirada femenina en temas como la política, la calle, el acontecer, etc.

-También eran otros tiempos, más machismo…

Yo creo que por eso trabajaban así. Ahora que lo pienso, también puede ser porque después de la Vanessa y la Natalia, también estaba la Renata Bravo. Probablemente ella pudo ser una “entremedio” entre la Vanessa, la Natalia y yo.

No sé si se dedicó a otras cosas, la maternidad, no sé, pero siempre los guionistas fueron hombres. En cambio nosotras trabajamos con la mirada femenina más apegada.

– ¿Pero nadie te ayudó en tu rutina? ¿Ni siquiera Jani Dueñas o José Miguel Villouta?

No, porque por algo mi rutina es mejor que la de ellos (risas). No, porque hace tiempo hago mi trabajo sola. “Gritona” me sirvió mucho, venía con un trabajo más maduro hace meses, no estoy como “en pelota”, entonces también he tenido tiempo de analizar otras cosas que son más bien técnicas.

José Miguel está preocupado, siempre me pregunta y está más nervioso que yo (risas). Pero no, no me hice asesorar por alguien.

– ¿Consideras que las redes sociales han empoderado al público y, por lo tanto, es más exigente en cuanto al humor?

Yo creo que más que las redes sociales es la esencia del chileno. Por ejemplo, cuando voy a otro país como Argentina, siempre que llega un comediante extranjero lo toman como una buena noticia, pero aquí hay una especie de “choreza” de: ¡A ver, hazme reír po!

Y es básicamente parte del chaqueteo del chileno y el Internet juega muy a favor de eso, sobre quién tira la talla más chistosa de algún caso, quién aparece con el primer meme, es como un ejercicio diario. Yo siento que el público no ha cambiado tanto porque aún seguimos siendo conservadores y retrógrados, lamentablemente, pero el público chileno es bastante complicado por esto mismo.

-Y en cuánto a la censura, los chistes “subidos de tono” que han dicho algunos humoristas, los cuales han sido muy criticados. ¿Los organizadores te dieron una pauta o te mencionaron algo sobre qué cosas no hablar?

Bueno, la gente siempre dice que ojalá no censuren a cierto artista, pero a la hora que tú misma te censuras te dicen, ¡Ay, mira lo que hizo! Esta obsesión de los chilenos de hacer una cosa y parecer otra. Pero en este caso, debo decir publicamente que la gente de Chilevisión se ha portado ¡la raja! (risas), sobretodo el director del Festival y la producción que han sido la raja conmigo, no me han censurado nada, hay cosas que no puedo decir como las marcas pero eso tiene que ver con algo comercial. Yo siempre ando quejándome, pero esta vez no ha sido así (risas)

También tienes un público muy fiel en tu programa radial “Café con Nata” ¿Crees que esto es algo que te juega favor o es una presión extra?

Es que “Café con Nata” es una de las cosas más bonitas que me ha pasado en la vida. A mí me invitaron a hacer y desahacer como yo quería y era sensacional porque no estaba preocupada si me iban a censurar o me iban a echar, ¡y aquí no me van a echar! (risas). Vamos por el tercer año y las expectativas del “Café con Nata” son altas pero son muy buena onda, muchos se están organizando para ir a Viña, otros ya se compraron la entrada, entre otras cosas. Entonces más que presión, me siento apañada.

Para terminar, ¿cómo vas a celebrar tu actuación si triunfas en Viña?

La celebración va igual. Si me va la raja o si me va mal, igual voy a celebrar con harto whisky (risas). Voy a estar súper acompañada con mis familiares, amigos, con mi gente, porque al final yo vengo a pasarlo bien y me preocupa que mi gente también lo pase bien. Es un propósito en mi vida y yo me voy a encargar de que esto también sea así, una celebración.

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