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#DíaDelAgua: Las mujeres y su ambigua relación con el recurso

La mujer ha sido protagonista en el uso y administración de este recurso que se ha sobrecomercializado, paradójicamente, a este grupo objetivo ¿Estaremos perdiendo la perspectiva?

El agua es la fuente de vida de nuestro planeta. Es de tal importancia que cada 22 de marzo se celebra el Día Internacional del Agua, fecha que fue designada por la Asamblea General de las Naciones Unidas tras una conferencia realizada en 1992 sobre Desarrollo y Medioambiente.

Desde 1993 se ha destinado a trabajar sobre diversos temas de preocupación mundial en relación al agua y cómo hemos estado utilizando este vital recurso y el rol que cumple la mujer en su cuidado.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidades para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la mujer en la actualidad es la encargada de suministrar y administrar este recurso, ya que a menudo “es ella quien la recoge, utiliza y administra no solo en los hogares, sino también en la agricultura pluvial y de riego. Ello le proporcionó un valioso conocimiento sobre este recurso, su calidad, fiabilidad, restricciones y métodos para almacenarla. La mujer es, pues, la clave del éxito de toda política y programa para el desarrollo de los recursos agua y riego”.

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Así también lo constata el documental “La mujer y el agua” de Nocem Collado. En este trabajo audiovisual se muestra a la mujer como principal recolectora de agua en muchas partes del mundo, lo que la convierte en la responsable de la salud de la familia, deja de estar escolarizada a edad muy temprana y es una de las principales víctimas ante la falta de este recurso natural.

Es así como este elemento que nos mantiene con vida es también un ente movilizador, político, social y también un recurso que entrega oportunidades y también desigualdad.

Ante este panorama de escasez, también se ve un lado que muestra la excesiva comercialización de un elemento vital que debería estar a disposición libre de cualquier ser humano.

El agua al servicio de la belleza

El mercado de las aguas en tan antiguo como la escasez de este recurso. A partir de esta problemática y de que muchas veces el agua no es de la mejor calidad, muchas empresas vieron este nicho para comercializar agua embotelladas que, en definitiva, ofrece un buen producto pero a costa de un precio que no todos pueden pagar.

Con el tiempo, el gusto del consumidor se fue sofisticando y, con ello, las mujeres también vieron este recurso como una buena oportunidad para agregar otros componentes.

Es bien sabido por todas y todos que el agua es vital para mantener la juventud y la salud, entonces, ¿por qué no agregar más propiedades a un líquido que por sí mismo es saludable? A partir de esta idea, las compañías más reconocidas del mundo lanzaron una variedad de productos que van dirigidos a mujeres que buscan belleza, juventud y energía.

Primero salieron las aguas con sabor a frutas, sin azúcar, bajas en sodio y después se agregó el aloe vera, vitaminas y hasta coenzima Q10, los cuales están enfocados a un público femenino, ¿será que los hombres no pueden aspirar a ser más jóvenes o atractivos?

A simple vista, la publicidad se ha encargado de mostrar a mujeres joviales y sin arrugas para promocionar sus aguas, mientras que los hombres sólo necesitan bebidas energéticas y bebidas isotónicas.

Sin duda, la problemática de la escasez, los problemas sociales y políticos producto de esta situación y la sobreexplotación comercial de este recurso reflejan el mundo en que vivimos, lleno de desigualdades y de perspectiva.

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