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Francisca Opazo, la bloguera que encontró su propia salvación viajando

Durante su infancia sufrió de bullying y desde que se decidió a viajar por el mundo, éste se puso a sus pies. Ya ha visitado 35 países y pretende seguir conociendo más para inspirar a otros a salir de su zona de confort.

¿Qué pasa si pierdo la memoria o me vuelvo senil y no recuerdo mis viajes? Esa fue la pregunta que se hizo a sí misma Francisca Opazo Clavijo. La bloguera chilena tras La Vida Nómade, que justo después de ese cuestionamiento comenzó a escribir en él en noviembre de 2014.

Escribir y viajar son sus dos pasiones. Aunque también se ha dedicado a varias cosas tal como lo describe en su blog: “Soy periodista, diseñadora de vestuario, tripulante ocasional y viajera imparable. También he sido bartender, mesera, DJ, vendedora de joyas, recepcionista en un barco, profe de inglés, maquilladora, jardinera, y eso sólo por nombrar oficios legales”.

Desde pequeña que aspiraba a recorrer el mundo hasta que más adulta concretó ese sueño. Hoy lleva una vida nómade, carga más de 35 países en su cuerpo y se dedica a contar historias de sus viajes y a inspirar a otros a través de sus experiencias.

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Para ella, viajar le salvo la vida. Fue víctima de bullying en su infancia y desde que comenzó a viajar, se abrió un mundo nuevo a sus pies con gente más abierta de mente y más acogedora. Así lo escribió en un artículo que publicó en The Huffington Post, y tras este logro le pregunte cómo llegó a escribir en ese sitio. Aquí comienza la entrevista:

Un día me estaba duchando y empecé a “crear” el artículo en mi mente sobre qué significa viajar para mí. Lo escribí en 20 minutos y se los envié esa noche directamente. A la mañana siguiente tenía un correo de Arianna Huffington comentando el artículo, agradeciéndome por la confianza e invitándome a tener mi propia cuenta de blog en el Huffington. ¡No lo podía creer! Así que lo edité otro poco y lo subí. Fue como salir del clóset respecto al bullying, pero a lo grande. Hasta hace poco ni mi hermano sabía de lo mal que lo pasé cuando chica.

– ¿Por qué te molestaban? ¿Me puedes contar cómo fue ese proceso, cómo lo enfrentaste y cómo lo ves ahora?

Me costó entender por qué me pasó a mí. Era una niña normal, no era de seguir a las masas, pero tenía amigas y era muy alegre. Algunas compañeras tenían actitud de matonas, como diciendo “tú no puedes ser feliz”.  Quizás era envidia, pero no supe enfrentarlo porque no lo entendía y me daba mucha vergüenza contarles a mis papás.

Cuando José Antonio Neme -periodista chileno- apareció hablando del bullying me puse a llorar. Creo que eso también influyó en que quisiera hablar del tema. Solo una persona que ha pasado por esto entiende las cicatrices que te deja. Aunque me entristece, pienso que vivir eso me convirtió en una persona muy fuerte y segura. Costó, pero así es.

– Dices que viajar te salvó la vida, ¿si no hubieras encontrado esa “salvación”, en que estarías ahora? Y, ¿cómo es que te salvó la vida?

Aunque primero estudié Diseño, escribir es como una extensión natural de mis pensamientos. Fue mi primer amor. Viajar fue el segundo. Así que creo que habría sido escritora.

Yo estaba muy dedicada a la fiesta, haciendo tonteras, sin un objetivo claro. Además sentía que en Chile no encajaba porque soy muy frontal y directa, lo que acá se percibe como algo negativo. Me irrita profundamente que alguien te diga algo para quedar bien y luego diga otra por la espalda. Eso no es ser diplomático. La gente que conocí viajando no se sentía amenazada u ofendida por mi personalidad fuerte y directa. Eso me motivó a viajar más y a encontrar un propósito claro en la vida que es recorrer el mundo y escribir para inspirar al resto a salir de su zona de confort y a que dejen de preocuparse del qué dirán.

– Tienes experiencia trabajando en cruceros, ¿en qué trabajaste específicamente?

Trabajé en las tiendas porque es uno de los únicos trabajos a bordo que te da la libertad de bajarte en todos los puertos hasta que el barco zarpe. También hice un contrato en recepción. Me gustó mucho, pero en cualquier momento mis jefes se morían del estrés.

– ¿Cómo ha sido la experiencia de embarcarse en un crucero? Algunos dicen que es duro, pero que es una experiencia maravillosa.

Esa fue otra de las razones por las que hice el blog. Mi experiencia en general fue bastante buena, pero no es representativa de la mayoría de los trabajos a bordo. No quiero que la gente que aspira a embarcarse se lleve la idea de que es un “trabajo que no parece trabajo”, como quieren hacer creer algunas agencias reclutadoras nacionales.

– Has conocido unos 35 países, ¿puedes destacar algunos en los que has vivido tus mejores experiencias?

Costa Rica fue el tercer país al que fui en mi vida, donde todo empezó a tomar forma. Fui con un pololo que tenía, pero me di cuenta que prefería viajar sola, sin nadie que me dijera qué hacer ni cómo hacerlo ni me estuviera dando escenas de celos.

Nueva Zelanda fue el primer país donde me fui a mochilear sola, por 6 meses. Es, hasta ahora, la mejor etapa de mi vida. Trabajé en un hostal, fui voluntaria de un festival de música en Gisborne, arrendé una van con otras chicas para recorrer las islas del norte, entre muchas otras experiencias.

Y tengo que mencionar a Japón. Fui en 2015 después de ganar una beca para estudiar en Corea y me enamoré perdidamente de los japoneses, su cultura y su forma de relacionarse con los demás. Son las personas más educadas que he visto en mi vida.

– Cuéntame la rutina que haces cuando viajas, ¿te dedicas a escribir tus historias?

Antes de un viaje hago una lista de todos los lugares que quiero conocer. Cuando llego, lo primero que hago es dejar la mochila y salgo a caminar, a “reconocer terreno”. Y sí, conozco mucha gente, locales y viajeros. Se me da muy fácil hablar con desconocidos, pero también me gusta tener mis momentos a solas. Trato de evitar el computador a toda costa, pero escribo ideas y apuntes en mi teléfono, en una boleta o hasta en el brazo.

– ¿Qué es lo que buscas cuando viajas? ¿Encontrarte a ti misma? ¿Conocer gente?

Respeto esa idea de “viajar para encontrarse a sí misma”, pero yo ya me encontré hace rato. Lo que busco es lo contrario: perderme en calles desconocidas y recorrer el mundo entero para nutrirme de experiencias y personas para poder escribir y aprender de ellas.

– Salir de la zona de confort siempre se ha dicho que es necesario para crecer, aprender, madurar y superar cosas de la vida, ¿eso es lo que te ha pasado en tus viajes?

Me encontré con culturas y personas muy diferentes y especiales. Tengo una sed de curiosidad terrible, siempre quiero saber más y aprender. Me ha servido para ser más tolerante y más abierta con los demás, a disfrutar mucho más de las cosas simples. Antes me compraba mucha ropa. Ahora no. Lo destino todo a mis viajes.

– ¿Por qué crees que cuando uno visita otros países pareciera que se puede ser uno mismo y se siente más cómodo que estar en su propio país?

En Chile se espera que uno se comporte de cierta forma, pero no esperan lo mismo de una extranjera. Se entiende que viene de una cultura distinta. Sin embargo, creo que la nuestra es una sociedad algo reprimida que se libera criticando al otro porque se atreve a ser diferente. Hay países donde la gente es mucho más abierta a lo nuevo o a lo que es fuera de lo común.

– ¿Qué aconsejas para las personas que desean embarcarse en un viaje?

Hice la Working Holiday en Nueva Zelanda y es, hasta ahora, la etapa más feliz de mi vida. Y los cruceros siempre los voy a llevar en el corazón. Creo que hay que atreverse, pero siempre ir bien informados. En mi blog no sólo escribo de lo lindo de viajar, sino también de estupideces que hice cuando era más novata en el tema, a ver si alguien le sirve para no repetirlos.

– ¿Cuál es tu opinión frente a lo sucedido con las chicas argentinas que fueron asesinadas en Montañita? En cuanto a los peligros que se enfrentan al viajar y los cuidados que se deben tener.

Creo que los peligros que se enfrentan al viajar son los mismos que existen al no viajar. A mí me podrían matar a la vuelta de la esquina de mi casa. La única diferencia es qué tan informada esté, lo que me parece crucial antes de ir a cualquier parte. Pero he estado siguiendo la noticia de cerca y no sabemos qué pasó exactamente para que las chicas fueran asesinadas. Los medios deben ser cuidadosos en tratar temas como éstos y evitar instaurar miedos en las personas que quieren viajar. Tampoco es justo culpar a las víctimas: las mujeres deberíamos ser libres de movernos donde queramos, pero hay opiniones que solo legitiman la violencia contra nosotras.

– ¿Viste la película Comer, rezar, amar? ¿Te identificas con ella?

La vi durante un vuelo. Me aburrió un poco, la encontré medio cliché. Pero ahora que me lo preguntas… hay ciertas similitudes con mi vida: he andado con tipos más jóvenes, también me fui alguna vez de viaje para sanar heridas. No me he divorciado, pero le dije que no a alguien cuando me pidió matrimonio. ¡Mi vida es un cliché! (entre risas).

– ¿Pretendes seguir viajando toda tu vida?

Pretendo seguir viajando hasta que mi salud me permita trabajar. Mis planes son seguir escribiendo en mi blog, sin dejar de lado mi carrera freelance de periodista. Además, soy embajadora de Soy Viajera, un grupo de Facebook de mujeres de habla hispana que en poco tiempo ya cuenta con 6 mil seguidoras. En conjunto con su creadora, Jany Grijalva de México, tenemos muchos planes a futuro y ya están pasando cosas importantes y creando redes para que nos ayudemos unas a otras. Inspirar a las personas a viajar es algo que me motiva muchísimo.

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