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La lista de pensamientos autoflagelantes de una mujer con atraso

Estás en una edad fértil, no quieres tener hijos (al menos no ahora), te proteges, pero igual tienes que lidiar con la incertidumbre. Injusta incertidumbre.

Eres una mujer adulta que ha crecido en un mundo en que te culpan por no querer ser madre, pero en el que también se te castigan si lo eres por accidente. 

Porque, ¿cómo no te cuidas? ¿Cómo no eres responsable? ¿Acaso no te dijeron que existen métodos anticonceptivos? Sí, te lo dijeron y lo siguieron repitiendo durante toda tu etapa escolar.

Nadie te enseñó sobre el sexo como algo que da placer, sólo sobre cómo prevenir ese “embarazo no deseado”, y también se te dijo que el hombre debe usar condón, pero que si tú te atrasas con una píldora, te echarás a perder la vida.

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Linda lección. Bonita forma de decir que si te atrasas un mes en tu menstruación y tienes sexo regularmente con tu pareja o con quien quieras, en realidad tienes que pasar días enteros en una incertidumbre que te devora por dentro.

¿Por qué no hacer un test de embarazo y salir de la duda? Porque también te han dicho que si el óvulo no se ha implantado en el útero, puede que el test salga negativo, a pesar de que sí puedas estar embarazada. Incluso tu cuerpo te engaña, porque puedes pensar que tuviste la regla, pero en realidad era sangrado por ese óvulo fecundado que se estaba implantando en tu útero.

Arde troya y lamentablemente, no todas sienten plena confianza en sus parejas sexuales o en los demás como para decirles que quizás, estén embarazadas. Porque si luego no lo estás, te tratan de exagerada, de escandalosa, de mentirosa, de manipuladora.

Una mujer con atraso, que no tiene planes de ser madre porque simplemente quiere hacer otras cosas en su vida, a pesar de ser responsable con sus métodos anticonceptivos, siempre tiene esa incertidumbre, aunque sea un poco, o mucho.

De una simple sospecha, provienen una lista de pensamientos autoflagelantes; primero te culpas, aunque no tengas culpa. Luego, te imaginas que tu pareja o la otra persona no querrá apoyarte, te rompes la cabeza pensando en lo que dirán los demás, en cómo reaccionarán en tu trabajo y en si lo vas a conservar para poder mantener a ese hijo que crees que viene.

Te atrasas más, porque estás preocupada y ahí, tu cuerpo te sigue engañando. Te haces el test nuevamente, sale negativo pero todavía piensas que puede haber alguna opción. Hasta que llega ese día en que menstrúas. ¿Te diste cuenta de todo lo que pensaste mientras estabas atrasada?

Quizás, si hubieras estado embarazada, tu vida no hubiera sido un completo desastre. Quizás, ese hijo o hija podría haber sido una bendición, y hay mujeres que lo piensan cuando tienen sospechas, la mayoría de ellas porque lo quieren.

La que no quiere, tiene que pasar por ese calvario psicológico y físico (muchas tienen síntomas aunque no estén embarazadas) y esa es la herencia de la culpabilidad, y de eso nos tenemos que liberar. Si tuviste relaciones con alguien y tienes sospecha, no pases sola por eso, porque no es sólo tu responsabilidad. Así como un condón se rompe, la píldora no hace efecto y es lo que es.

Pero siempre tendremos esa incertidumbre, aunque jamás hayamos firmado un acta que dijera que, por nacer bajo el sexo femenino, vinimos al mundo para procrear.

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