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Norma Jean, la verdadera mujer que se escondía tras la glamorosa Marilyn

“¿Cómo puedo encarnar a una chica tan feliz, juvenil y llena de esperanzas? Busco la manera de interpretar este papel, desde siempre mi vida entera me ha deprimido”.

En la década de los 50, todas querían ser como Marilyn. Una rubia despampanante, de rasgos delicados, voz femenina y curvas de ensueño. Marilyn Monroe era la estrella y parecía difícil que otra alcanzara su fama, o al menos en esa década.

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A 90 años de su nacimiento, es válido preguntarse si Marilyn quería realmente estar en su propia piel, porque al leer su biografía y revisar la vida de esta gran estrella, parecía que siempre tuvo una lucha constante con sí misma, con su verdadera identidad.

La bella modelo y actriz nació el 1 de junio de 1926 en Los Ángeles, California. Su madre, Gladys Pearl Baker, era una mujer humilde e inestable emocionalmente, algo que de todas maneras influyó en la forma de ser de su hija, Norma Jean Baker.

Tuvo una infancia tormentosa y por la situación económica complicada por la que pasaba, su madre cedió la custodia de Norma a su mejor amiga Grace McKee, pero lo tormentoso comenzó cuando ella misma declaró a los 12 años, que el marido de McKee la había violado.

Lamentablemente, los abusos continuaron. En un momento debió vivir con el tío de la mejor amiga de su madre, Olive Brunings, luego de que se supiera lo del marido de Grace McKee. Sin embargo, uno de los hijos de Brunings también la violó y eso fue nuevamente el punto de quiebre del alma de Norma Jean.

Cámaras y luces para tapar la tristeza

Aunque en su exterior reflejaba ser una mujer que lo tenía todo, la fiel compañera de Marilyn siempre fue la soledad. Tenía todo para triunfar: era bella y carismática, o sea, todo lo que la gente quería ver y ser.

Comenzó a destacar como modelo, pero como le ocurría a muchas mujeres en esa época, su marido —con quien se casó a los 16 años— no quería que ella estuviera fuera de la casa. Ante eso, ella decidió divorciarse en 1946 para perseguir su sueño de convertirse en artista.

Pero, ¿es realmente lo que ella quería? ¿Convertirse en una mujer deseada, que estaba bajo el escrutinio de todo el mundo? Según registros bibliográficos, la verdadera pasión de Norma Jean era la literatura.

Ella entendía que la notoriedad que le dio la actuación y su participación en películas como Gentelman Prefer Blondes y The Seven Year Itch fue importante para su carrera, pero sentía esa dicotomía que le generaba actuar de “la rubia adorable”, cuando en realidad, ella era bastante más profunda de lo que todos pensaban.

De hecho, el libro Fragments: Poems, Intimate Notes, Letters, editado por Bernard Comment y publicado en el año 2010, es un valioso compilado que muestra esa faceta de la estrella.

Cuando Marilyn fue encontrada muerta el 5 de agosto de 1962, sus pertenencias quedaron bajo la custodia de Lee Strasberg, profesor de actuación y cercano a ella. Entre sus cosas, habían cartas y poemas del propio puño y letra de Norma Jean y ahí, se revelaban varios secretos de la mujer detrás de la gran estrella de Hollywood.

Ella escribe extractos que evidenciaban su estado de ánimo: confiesa que siempre se sintió sola, que muchos papeles que interpretaba la deprimían, habla de su miedo con las relaciones amorosas y personales, y de sus inseguridades vinculados a sus capacidades profesionales.

Más allá de su imagen como ícono pop o como mujer bella y sensual, Norma Jean quería que el mundo supiera que ella era más que eso. Lamentablemente, su vida fue difícil, y los abusos y abandono en su infancia condicionaron su personalidad autodestructiva. Pero basta con leer sus registros, para saber que la fama la incomodaba y que el mundo no comprendió su verdadero yo.

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