“En cualquier momento exploto, sólo espera un minuto”. ¿Dices cosas como estas muy seguido? Eres parte del club de las estresadas. Claro que a nadie le gustaría ganarse la membresía de oro, pero como vamos, más de alguna logrará esa “condecoración”.
Es difícil encontrar el equilibrio cuando tienes a tantas personas exigiéndote cosas, además de tu propia necesidad de autocontrol y perfección. Por más que te digan que está bien fallar, rara vez te lo permites, y eso tiene sus costos.
Ahora, lo importante aquí, es descubrir cómo lograr ese balance. No quieres bajar tu desempeño en el trabajo, pero estás consciente de que no puedes continuar con ese ritmo de vida. ¿Qué hacer?
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Metas realistas, siempre
Como no te basta con el estrés que ya tienes, te abrumas más pensando en todo lo que tienes que hacer, en cuándo lo vas a hacer y cómo lo vas a lograr. No hagas eso. Tienes que ir paso a paso, resolviendo una cosa y luego la otra, de lo contrario, perderás la cabeza.
Aprende a decir NO
No, no, no, no, no. Acostúmbrate, decir no, no te hace mala persona y menos responsable. Es necesario que dejes claros los límites en tu lugar de trabajo y que respetes tus propios tiempos, así los respetarán los demás.
Define tus prioridades
El trabajo no es la vida y no puedes gastar todo tu tiempo en ello, porque luego te darás cuenta de que no has disfrutado de las cosas buenas que te esperan. Es verdad, hay que cumplir, pero no le des más importancia a eso que a tu salud física y mental, a tus amistades, al tiempo que tienes para ti misma y para descansar.
Optimiza tus tiempos
No estamos fomentando el multitasking, porque eso te acercará al club de las estresadas. Con optimizar, nos referimos a no postergar y a ocupar tu tiempo de forma inteligente. Si necesitas quitarte el estrés de encima y a la vez, quieres mejorar tu autoestima, haz ejercicio. Si quieres descansar y necesitas pasar tiempo con tu pareja, hagan algo juntos para una relajación compartida.