Espectáculos

Ciencia ficción feminista: De Frankenstein a Mad Max

Revisamos parte de la historia de este género y les contamos algunos detalles olvidados pero muy importantes de destacar.

Esto es un lugar común, pero no por eso menos cierto. La ciencia ficción no habla del futuro. Habla del hoy. De nuestra contemporaneidad, de la sociedad, nuestros roles, filosofía, moral y del cómo nos pensamos en el mundo.

Ya sea por medio de distopías, ucronías, utopías, universos alternos o lo que sea, diversos autores han planteado con más o menos acierto, algunas batallas que debemos conquistar para ser una mejor sociedad y advierten de los peligros de perder otras que nos pueden transformar en una pesadilla horrible.

Y una de estas aristas es la ciencia ficción feminista.  En ella atendemos al rol de la mujer y cómo esta se desenvuelve en relación con un contexto “ficticio” social.

Recomendados

Frecuentemente se cita a Mary Shelley, con su Frankenstein como precursora del género (cuya publicación data de 1818) pero en verdad lo cimientos se encuentran un poco más atrás, dentro de la misma obra de la británica.

El monstruo de Frankenstein encuentra su génesis en una competencia de Shelley entre nada menos que Lord Byron, John William Polidori y el mismo marido de Mary, Percy Shelley  para ver quien creaba el mejor cuento de terror.

De esto, nació Fantasmagoriana. Una colección de relatos breves en donde la historia de Mary, “El Sueño” sería la base de la historia del monstruo sin alma.

Shelley, quien en su Prometeo Moderno ya empezaba a cuestionar los límites de la ética científica, el alma, la religión y la moral de su época, inició casi sin saberlo, un género que hoy sigue más vigente que nunca.

Pero de todas forma, tenía de donde salir. Fue hija de nada menos que la filósofa feminista Mary Wollstonecraft; precursora de la lucha por los derechos de la mujer y que a pesar de no conocerla (murió en el parto) fue educada por su padre, el  poeta y anarquista Wiliam Godwinen una forma bastante progresista.

Así como Shelley, considerada hoy una de las fundadoras de este género, muchas mujeres  han trabajado en él, y han propuesto su visión sobre su propio rol en este tipo de relatos.

El hombre hembra, de Joanna Russ, es una novela publicada en 1975 que aborda un mundo en donde cuatro mujeres, de diferentes universos, que comparten el mismo fenotipo, enfrentan diferentes sociedades.

En una, USA nunca experimentó la Segunda Guerra Mundial y es un universo opresivo y machista, en otra, las mujeres lideran un mundo femenino salvaje llamado Whileaway, la tercera aborda un escenario en donde hombres y mujeres se encuentran enfrascados en una guerra de género interminable.

En el último está nuestra realidad.

Lo de Russ, es sino, el deseo de mostrar y enseñar realidades y ópticas que incluso al día de hoy se encuentran vigentes.

Sociedades que hablan desde diferentes perspectivas del mismo tema y que en algún minuto hemos sido en mayor o menor grado en nuestra propia realidad.

“Lastima, nunca se pretendió que nosotras lo oyéramos. Nunca se pretendió que nosotras lo supiéramos. Nunca debieron enseñarnos a leer. Luchamos por abrirnos paso a través de un entorno masculino constantemente refractario; nos arrancan el alma con tal choque que ni siquiera sangramos. Recuerda: no quería y no quiero ser una versión “femenina”, ni una versión diluida, ni una versión especial, ni una versión secundaria, ni una versión auxiliar, ni una versión adaptada de los héroes a quienes admiro.

Pero no solo está Russ, junto a ella, muchas autoras como Charlotte Perkins Gilman, James Tiptree, Jr o Suzy McKee Charnas han aportado desde sus respectivas visiones, relatos en donde el género tiene el acento en las mujeres.

Inclusive lo han hecho hombres. Venus Plus X es una novela de  Theodore Sturgeon de la década del 60 que aborda un mundo sin sexos, y en donde la noción de este, a lo menos se ha vuelto un parte innecesaria de la vida.

Por supuesto, muchos de estos relatos se encuentran enmarcados en épocas donde las luchas del feminismo eran otras, pero que si nos detenemos a pensar, son relatos extremadamente adelantados e inteligentes para la época .

Sin embargo uno puede encontrar muy buena ciencia ficción feminista masiva y moderna a la vuelta de la esquina.

Es cosa de pensar en la representación de la lucha contra el patriarcado presente y lo desvinculado de los aspectos femeninos de la sociedad en Mad Max: Fury Road; que son tratados con justicia.

via GIPHY

Desde la maternidad, hasta la posesión de las relaciones y la inclusión de muchos aspectos de la psyquis femenina plasmadas en las novias de Inmortan Joe, la sumisa, la materna, la niña y la rebelde.

O el maravilloso cómic Y: The Last Man, que al contrario de lo que su nombre puede traer a pensamiento, es lo más feminista que hay.

Y es agradable pensar que de un tiempo a esta parte la visión de los personajes femeninos o de sus tropos ha evolucionado hasta tomar un rol central en nuestra cultura masiva.

Desde creaciones como Katniss Everdeen hasta los innumerables personajes femeninos en el animé que pelean sus propias batallas y demonios; hoy lo femenino ya no es un tema tangencial en nuestra ciencia ficción, y todo gracias a mujeres como Shelley o  Russ.

Como siempre aquella narrativa olvidada y menospreciada por la academia termina siendo el semillero para llevar a cabo afiladas críticas y desbocadas ideas.

Un género que articula mediante la liberación de las cadenas de lo establecidos, nuevas formas de percibir y entender lo que nos rodea. Apostando por la reflexión en un mundo irreflexivo. Transgrediendo las fronteras de lo convencional. Yendo donde nadie más va. Sin límites y donde ningún hombre ha llegado jamás.

Tags

Lo Último


Te recomendamos