Hay miles de problemas en torno a la aceptación de nuestros cuerpos, impuestos principalmente por estándares de belleza a los que no deberíamos por qué rendirles cuentas.
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El asunto es que es difícil deshacerse de ellos. Involuntariamente, pensamos que somos feas o tratamos de gordas a otras mujeres, y seguimos dando pasos en falso hacia un camino para amarnos tal como somos.
La escritora de Cosas que no le debes decir a ninguna mujer gorda Jes Baker desarrolló una especie de manual de nueve pasos para que las mujeres comiencen a amar su propio físico. La joven escritora y blogger concluyó que no importa la forma ni el tamaño de nuestro cuerpo, siempre encontraremos algo que criticar, por los mismos estándares que nos han moldeado, como leímos en Cultura Colectiva.
9. Elimina la palabra gorda de tu vocabulario.
Tu peso no te define en absoluto y el adjetivo “gorda” lo utilizamos con una connotación negativa. Es difícil que el sentido de esta palabra cambie: la sociedad entera tendría que reconstruir su concepción de este concepto. Por lo tanto, la única forma de lograr un cambio es eliminando ese término de tus conversaciones y pensamientos.
8. Busca fuentes de inspiración positivas.
Reorganiza tus redes sociales y todo el feed digital que tengas. Estar viendo modelos con medidas “perfectas” en todo tu timeline no tiene ningún efecto positivo en ti. Diversifica tus estándares de belleza, deja de limitar tus fuentes de inspiración a estereotipos femeninos irreales.
7. Cambia la manera en la que te expresas de tu cuerpo y deja de juzgar el de los demás.
No importa si estás hablando con tu mejor amiga, pareja o hermana. Todo lo que dices se puede transformar en un decreto, así que cuando tengas ganas de criticar tu cuerpo o el de alguien más, tómate unos minutos para pensar en qué obtendrás después de hacerlo. Si no dirás nada positivo no lo digas, nadie tiene por qué escuchar esas cosas.
6. Sal de tu zona de confort.
Desafíate a hacer cosas que te hagan feliz, que no te importe lo que los demás digan. Si quieres usar un bikini y saltar a la mitad de la playa hazlo sin pensarlo. Atrévete a ir contra el juicio de los demás.
5. Cambia tus decisiones sobre la moda y crea tu propio estilo.
Cuando no te gusta tu cuerpo, comienzas a relacionar tu estilo con ese rechazo y comienzas a adoptar un look en el que intentas esconder lo que no te gusta de ti. Así que vístete como siempre has querido y demuéstrale a los demás y a ti misma lo mucho que te gustas, en vez de adaptar tu cuerpo a un estilo para ocultarte.
4. Tómate las selfies que quieras.
Las fotos que tengas de ti misma te ayudarán a ver quién en realidad eres tú, y que no representas estándares de belleza ajenos. Debes sentirte segura y sobre todo orgullosa de tu apariencia, usa las redes sociales a tu favor y sube las selfies que quieras para convencerte de que la única a la que no le gustaba su cuerpo era a ti.
3. Genera tu propio sistema de apoyo.
El proceso para llegar a aceptar y amar tu cuerpo no es fácil, todas lo sabemos. Es normal que durante el camino tengas algunas caídas, por ello es tan importante que poseas un sistema de apoyo que combine actividades que te gustan y elementos o personas de apoyo. Cualquier persona en la que confíes es un gran elemento de apoyo y todo lo que disfrutes hacer durante tu día constituye las actividades de tu sistema. Dichas acciones deben demandar tu creatividad, esfuerzo físico o cualquier cosa que capture tu atención.
2. Ten un plan de actividades para todo tu día.
Antes de comenzar a llenarte de pensamientos negativos empéñate en terminar todas las tareas o actividades pendientes. Es muy importante que aun si te encuentras en la comodidad de tu casa tengas un plan para mantenerte motivada a estar activa, pues ésa es la clave para comenzar una verdadera transformación sobre la percepción negativa que tienes de tu cuerpo.
1. Incluye mantras positivos en tu vida.
Piensa en afirmaciones, no en negaciones. Concéntrate en algo y aunque al principio te sientas escéptica, poco a poco descubrirás que los mantras transformarán por completo tu forma de pensar.