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Fanny Leona: “El pop es una fantasía y una religión”

Conversamos con la vocalista de Playa Gótica, una representante de la nueva oleada de músicos jovenes en Chile. Religión, pop, género fueron alguno de nuestros temas.

Vi llegar a Fanny Leona a una cuadra de donde la espérabamos para tomarle las fotos. Mi primera impresión fue pensar inmediatamente que era la persona más cool que había visto en mi vida.

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Luego del lanzamiento del disco Amigurumi de Playa Gótica, banda que lidera, Fanny se está dedicando a su trabajo solista, donde hace poco estrenó Disco funny, una canción con un alto componente electrónico.

Disco funny no se condice del todo con lo que será su próximo trabajo, asegura ella. En una entrevista con Belelú, hablamos con Fanny sobre lo que se viene en su carrera y todo lo que la hace una mujer tan interesante para el pop chileno.

-Quiero que me hables un poco de tus inicios, desde qué momentos te interesó a empezar la música, cómo se inició Playa Gótica.

En mi casa mis papás son melómanos, ambos como que mi papá canta, mi mamá compone, entonces han tocado toda la vida, así que influencia todo el rato. En la adolescencia cuando te enamorai y querís hacer mil cosas me metí a talleres de literatura, me metí en una banda con unos amigos, tocamos en unos bares en la calle Loreto, que se llamaba Napalm y los Matemáticos, y por esa misma banda conocí al Carlitos, que es el guitarrista de Playa Gótica y empezamos un trabajo como dúo pop y el tenía una banda que se llama “La Obra” que era como más ruido, no había estructura, y me preguntó si quería probar voces en su banda, que estaban buscando vocalista. De eso se armó lo que es actualmente Playa Gótica.

-¿Cómo es ser mujer en este ambiente?

Esta es la pregunta ¿Qué es para ti ser mujer? Me ha pasado que nunca me he sentido muy mujer ni muy identificada con lo que es ser mujer socialmente visto. Sí, claro, nací mujer genéricamente, soy hembra. Pero yo desde que soy niña nunca me sentí muy identificada con mi propio género. Cuando tenía cinco años pensaba que iba a ser papá cuando grande. Como que llegué a la adolescencia dije: “Soy mujer, me llega la regla”, por una cuestión biológica, pero yo nunca fui como la más lady o tuve como un comportamiento que me llegara a sentir observada muy como una chica de los demás, porque siempre fui muy ruda, y si me joteaban o era coqueta o era ruda o simplemente una cara de asco, porque soy camiona, cachai. Nunca tuve mucho rollo, si quizás tuve muy llegada con los hombres, porque este hecho de ser más chora me hacía sentir parte del grupo y no excluida, o quizás me topé con muy buena onda, no lo sentí como tan intenso. Si ponís una chica que se siente más femenina, como con esta estructura que se siente esa diferenciación. Igual yo me integré de una forma más natural porque soy más andrógina.

-¿Te consideras más género fluido?

Claro, entonces supe cómo llevarme bien con las muchachas, con los chicos, claramente siempre he vivido como una especie de segregación, pero es por el mismo hecho de no estar tan definida como ellas.

-¿Hay alguna experiencia que te haya hecho pensar eso?

Toda mi infancia, hasta los 16 años, fui a la iglesia. No podía ir vestida normal, era como mal visto, había que ir con falda hasta los tobillos prácticamente, como arregladita, pelito tomado, yo tenía el pelo teñido negro con una chasquilla horrible, pitillos rotos, y como que la gente no lo entendía, ni siquiera asumían que era como gay ni nada de eso, solo era extraño. Era mormona.

-Eras como un marciano…

En el colegio me pasaba lo mismo, como que tampoco era como “ah, es poco femenina”, era más “es la rara, es como el bicho raro a la que no entendemos nada”. Pero en todos los núcleos socialmente correctos en lo que estuve siempre fui el bicho raro, ya no pasaba a ser gay o camiona, era la rara. Incluso con mi grupo de amigos actuales o mi familia sigo siendo la rara, pero con humor. En Playa Gótica, en la canción “Soy Noche”, dice: “Yo siempre he sido un ser porque nunca alcancé a estar en ninguno de los lados” y al mismo tiempo he tratado de acomodarme en los lugares fluidamente, más allá de un género es vivir mi humanidad, mi vida como pueda, sintiéndome cómoda. Como que ya eso de ser como mujer en un lugar para mí siempre estuvo complejo, nunca me calzó. Tal vez por lo mismo, el hecho de que este país te estigmatiza tanto por ser mujer que me rehusé tanto a ser una mujer y eso mismo también me ayudó de un principio a tener menos dificultades porque llegaba súper protegida y me incluía yo sola en los lugares y si no me querían, pucha, se lo pierden, y nada, chao, la vida continúa con o sin su crítica.

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-Sobre cómo ve a las mujeres este país, estas últimas semanas fue el tema del aborto ¿Qué opinas de todo lo que ha pasado?

En relación al aborto específicamente hablando, o sea, qué bacán que se esté despenalizando, lento o no. Cada persona tiene derecho a hacer lo que guste con su humanidad o su cuerpo, mientras no transgreda otro. Yo no te podría decir que un feto de dos o tres meses es una persona, entonces no sé si una persona pensante está transgrediendo ese feto, creo que sí obligar a una persona a tener maternidad es un crimen, en el fondo va a tener una mala respuesta a eso, un niño que no es deseado no va a ser un niño feliz, y siempre te dicen oye, dalo en adopción, pero estás obligada a llegar a los 9 meses con una panza gigante, tu cuerpo va a cambiar, onda el shock de tener un aborto debe ser enorme, pero el dar a luz es un enorme shock, que la gente no olvide eso. No puedes obligar a alguien a pasar por eso. Creo que cada uno tiene que saber decidir sobre su cuerpo y cargar con sus propias culpas o tener la libertad emocional de decir “No siento culpa por esto”. No creo que sea como el poder fáctico/político de que alguien diga como “No, tú tienes que tener tu hijo” porque no es su cuerpo, no es su mente, no es su moral. Cada uno puede vivir su moral como quiera mientras no transgreda un ser pensante vivo que siente.

-Me interesa mucho que hayas sido mormona ¿Cómo influyó en las cosas que haces ahora?

¿En todo lo contrario que soy ahora?

-Jajaja, sí. ¿Qué podrías rescatar de todo eso?

No tengo nada en contra de la iglesia, creo que la gente necesita ayuda dentro de cierto estilo de vida, puede ser súper armonioso y te puede llenar por completo. Mis papás que eran entre comillas una familia heteronormada, les sirvió de mucho, los estructuró, se sintieron apañados, encontraron amigos ahí. Dependiendo de lo que tú quieras para tu vida, no tengo ningún problema. Obviamente para mí es un enorme engaño, pero si hay gente que quiere vivir engañada con eso y ser feliz está bien, yo también vivo mis engaños, el mismo pop es una fantasía y una religión. Yo sigo reglas, tengo que vivir un estilo de vida para lograrlo, yo sé que no puedo tomar, fumar o consumir ciertos alimentos antes de cantar porque me va a hacer pésimo a la garganta, y en el fondo es como mi engaño de la fantasía pop, de que esto va a triunfar y me va a llevar a un lugar maravilloso y tocaré en todos lados, al igual que una persona religiosa espera como su fantasía de algún día estar con dios, cada uno tiene que ir donde su corazón le diga, donde pueda sobrevivir a este terrible mundo y sentirse acogido. Entonces, nada, llegó un punto donde dije “Ok, esto no me hace feliz, a otras personas sí, a mí me hace infeliz en mi totalidad, no me siento cómoda acá, quiero tener parejas de otro sexo, no me quiero casar, no quiero tener hijos y hay cosas que no creo de la doctrina, así que adiós, me voy, no soy hipócrita”. Y me fui.

-¿Qué queda de esa Fanny?

Los valores primordiales, de tener compasión hacia otras personas, empatía, de recordar que sí de verdad tienes que amarte a ti para amar a los demás. Cuando me voy al lado oscuro y me odio, odio todo, entonces recuerdo cómo: “No, realmente para estar bien con todos tengo que estar bien conmigo”. Son como cosas chicas, pero esenciales, pero yo creo que casi todas las religiones te la pueden dar. O buena práctica moral, no sé. Creo que eso se rescata.

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-Enfoquémonos en la música. Tú saliste en el NMC, me llamó la atención que fueran tan distintos al resto de las bandas, hay un nuevo pop chileno y ustedes se salen un poco de eso ¿Te sientes parte de ese nuevo pop?

En primer lugar, no he escuchado nada acá en Chile que diga que me quiebra la cabeza o que hace un cambio radical a la historia de la música. Creo que todos, incluida mi banda, son como reminiscencias de algo que ya existe, son la nueva camada de los locos que nacieron en el 90′ y tal, porque musicalmente son las influencias de siempre. Incluso algunos tienen mucho Mac DeMarco, Beatles, Nirvana y eso ya no es nuevo. No están innovando nada. Yo creo que es una cuestión etárea, no tienen la misma edad de Javiera Mena, de Gepe, que son los que están liderando el pop con más solidez. Pero entiendo que el disco, si tú lo escuchai, ellos tienen mayor afinidad la mayoría que con Playa Gótica que es un pop un poco más dulce, cuidado, el otro es un poco más tosco por lo que yo vi. Lo encuentro un poco más adolescente y tiene mucho sentido. Porque yo soy un poco más adolescente y tiene mucho sentido, porque yo soy la única que tiene 25, los otros cabros están sobre los 30, va pa’ los 40, hay otro pulso. Está pensado de otra forma. También nos produjo el Milton, es como que ya pasamos por una especie de pulido a un pop más procesado. Las otras bandas hacen un pop, pero más tosco, más adolescente, un poco más ruidoso. Y creo que yo también estoy en el medio de esa etapa, alcanzaba a calzar justo.

-Tengo una sensación: de que la música de Playa Gótica me recuerda mucho al anime, cuando la escucho siento que estoy en uno ¿En qué te inspiras a la hora de componer?

Lo que más me gusta es el anime, me carga leer. He ido perdiendo la vista estos años muy heavymente y leer para mí es un Cristo, se me quiebran todos los lentes, así que leer no puedo. Así que veo anime, porque tiene todo. Me encanta dibujar, no tengo mucho tiempo, no lo he podido sacar más a flote pero me hubiese gustado ser más dibujante que cantante, soy muy bajo perfil para algunas cosas y como que dibujar te deja encerrado en tu casa escuchando música, y nada po’, como que pa’ mí el anime es lo máximo, yo creí con eso, mi mejor y mayor amigo fue el televisor en mi infancia, no me dejaban salir a la calle, entonces me vi todas las series de la vida, y ahora cuando tengo tiempo me veo unas cuantas.

-Hay anime dentro de tu música.

Mi disco que se viene solista va a tener mínimo unas tres o cuatro baladas que son muy un opening.

-Hablemos de tu disco ¿En qué está?

Mira, el Milton (Mahan) también produce este disco, empezamos más o menos paralelos con Playa Gótica, pero Playa Gótica sacó los singles primero, agarró vuelo, empezamos a tocar en vivo y empezamos a aplazar más el proyecto, tuve que ponerme a ensayar, aprender a cantar mejor, a pulirme y al final me metí un 90% en Playa Gótica y un 10% en mi proyecto sola y ahora que se está cerrando ese proceso estoy volviendo recién a retomar y yo creo que se viene para el 2018. Salió un videoclip del primer single, y no quisimos apurarnos porque iba a topar con todo lo que estaba haciendo con Playa. Se viene con mis referentes personales, que son distintos a Playa Gótica, totalmente electrónico, son bases que he hecho en computador, Milton las produce, le pongo la voz en el estudio, es un proceso súper distintos, no es como con la banda. Algunas letras me demoré meses en escribirlas, las boté, borré, hice de nuevo, bases no quedaron. Este trabajo es muy craneado, de tres años.

-Yo escuché una de las canciones y era súper electrónica. Pensé que hasta RuPaul la cantaría, y pensé que era súper millennial.

Odio esa palabra, soy anciana, no soy joven (ríe).

-Es una palabra horrible, pero es súper descriptiva.

Uno lo es igual. Como que cuando la gente no me conoce a veces tiende a pensar que soy menor, cuando empiezan a conocerme piensan que tengo como 30, 40. Me gusta ver anime y todo, pero no sé si soy millennial. Por ejemplo, mi celular es una cosa primitiva, no ando buscando la taquilla ni vivo a través de los medios. Igual soy súper introvertida pa’ algunas cosas y los millennials son más de las redes, de exponerse, una selfie cada dos minutos y todos sabemos lo que están haciendo, starbucks, hamburguesas. En ese sentido soy una señora, me gusta cocinar porotos con rienda, soy chapada a la antigua.

Sobre mi disco, el primer sencillo es súper controversial porque lo que se viene no es eso de lleno, como que uno diría: “Ah, se viene el disco travesti de la Fanny por fin”, y es como no, espérate, obvio que no. Se vienen unas baladas que son muy naive y con unas voces de ardillas que piensas que está cantando una niña de dos años.

-Es cuático escuchar que el pop es una fantasía, porque piensas altiro que no es ‘música de verdad’.

No, obvio que el pop es música de verdad, pero es una mentira cuando uno piensa que es solo una cosa, proviene de la misma palabra popular, le podís decir pop a una bachata porque le gusta a 100 millones de personas, porque es popular y está generando esa oreja que tiene que generar. La gente encasilló “Pop es Madonna”, pero Madonna es pop porque es increíblemente popular, cuando sonó en la radio la escuchaban todos: hombres, mujeres, abuelitas. Si es una canción con rasgos increíblemente melódicos que la vuelve popular, ya es pop.

-¿Cómo les ha ido con Amigurumi?

Ha pasado súper poco desde que salió, no sabría cómo evaluarlo. Nunca antes he sacado un disco antes. Ha tenido un súper buen recibimiento. Hemos tenido muy pocos malos comentarios, no sé si eso es bueno o malo, quizás para ser más popular tendrían que haber más de esas cosas también, es ambiguo. Pero lo que hay bien igual. No hubo una explosión mediática tampoco. Ha ido lento pero no ha quedado tirado en el camino, la gente va a los shows pese al invierno. El día que llegamos a tocar llevábamos dos semanas fuera y ya se las sabían todas. Igual es bacán, se siente que la gente que lo esperaba lo recibió con alegría. No fue una decepción, todos dicen que valió la pena.

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-Incluso ustedes fueron muy populares antes de sacar el disco.

El hype. Fue harta espera por parte de la gente, y quedó muy contenta. Y eso nos deja muy felices, pero el hype no te hace millonario. Hacer un show es costoso, y por eso hacemos tan pocos, porque queremos siempre llegar con una buena calidad, con DJ, que la gente no se vaya pensando que estuvo mal el sonido y que tenga la misma calidad que el disco estrega, hemos tratado de ser cuidadoso de decir sí y no a algunas fechas. Y ahora que estamos logrando la sonoridad vamos a puro tocar. Se viene el disco físico que tendrá un show en octubre.

-¿Es el público de Playa Gótica tan homogéneo y coherente como su música?

Es todo lo contrario a homogéneo. Es súper transversal, a pesar de que no llegan mil personas a vernos, siempre son rarísimos, como que no podís creer que esas personas coexistan en la misma fiesta, de hecho terminamos de tocar y pese a que hay DJ y todo se van. Van a ver la banda, no están interesados en carretear, no llegan por casualidad. Y claro, si esto tuviera que ver uno pensaría que se quedan porque son un mismo grupo, porque tratamos de armar una fiesta que sea coherente, pero se quedan unas 20 personas y se van 80. Y lo raro es que hay gente muy chica, tipo 18 años hasta de 30 y tantos que vienen del punk, otakus muy otakus reales, no como yo, que no ando todo el día vestida de dinosaurio. Llega gente muy neutra, tienen hijos, los dejan en la casa. No es como que veamos un grupo de niños de 18 a 24 años. Y es muy extraño igual.

-Sí, es muy extraño igual.

Pero yo creo que tiene sentido, porque la misma banda está hecha de personas súper distintas, como que mi mundo interior es muy distinto al de los cabros. Todos escuchamos música muy distinta, venimos de escuelas distintas. Cada uno de nosotros está llegando a un público y proyecta como distintas cosas y está atrayendo a un público diverso.

-Y alcanzan a lucir todos.

Sí, y como que también llega mucho cola. La banda no es abiertamente como “yo soy gay”, pero por alguna razón atraigo a un grupo gay, transgénero que es como la mitad del público. Y la otra mitad son de todo. Pero como que tienen mucha llegada en gente que se siente muy rara, muchos seres mutantes, muchos looks extraños, y eso es bacán. Me siento identificada y ellos conmigo.

-Tal vez hay una conexión en ese sentido.

Incluso como estéticamente, no sé si te das cuenta que las bandas de pop tratan de cuidar como un estilo: o se visten parecido o se tiñen igual el pelo. Aquí cada uno por su santo. Yo de repente ando vestida de dinosaurio, también me pongo chapas y ando entera de fucsia como una niñita, otros días salgo de vestón como hombre y mis compañeros usan pañuelos o poleras con la cara de Einstein. El hecho de que seamos tan desordenados quizás a la gente le acomoda: “Son súper naturales”. No te sientes engañado, eso genera una cercanía con el público. La gente por lo general trata de sentir empatía, obvio que la música te genera sensaciones físicas pero después cuando llegas a la estética puedes rechazarlo por lo que te proyecta.

-¿Por qué el disco se llama Amigurumi? Son unos muñecos.

No hay una razón. Nos gustó la palabra fonéticamente. Fuimos a comprar empanadas después de cerrar el disco en el estudio, la mezcla, como dos semanas antes de sacarlo, y había un cuadro que decía “Granny square amigurumi”, de alguien que enseñaba a ser tejidos, y el Cristóbal, el bajista, dijo: “Oh, Amigurumi ¿Y si le ponemos al disco así?” y yo dije “¡Sí!”, y lo googleamos y más encima es bonito. También le cambié el nombre a canciones, Soy Noche se llamaba Prince, dos días antes de sacar el disco cuando las tuvimos que ir a inscribir se lo cambié, y así con otras canciones.

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