Ecuador

La Red de Mujeres Amazónicas lucha por una casa de acogida para las víctimas de violencia

Conoce la realidad de las mujeres que son violentadas en Morona Santiago.

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Mujeres Foto: Freepik

Conversamos con Auxilio Vera, la coordinadora regional de la Red de Mujeres Amazónicas. Esta organización reúne a mujeres de 11 nacionalidades diferentes, que provienen de las provincias de Zamora Chinchipe, Napo, Pastaza, Sucumbíos, Orellana y Morona Santiago.

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Unieron fuerzas para alzar la voz en respuesta a la violación de los derechos humanos de las mujeres en la región, especialmente ante los abusos que afectan a mujeres y niñas.

De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Relaciones Familiares y Violencia de Género con las Mujeres de 2019 (ENVIGMU), aproximadamente el 64.9% de mujeres mayores de 15 años ha sufrido algún tipo de violencia a lo largo de sus vidas, y 32 de cada 100 han enfrentado violencia en los últimos 12 meses.

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Es aún más preocupante que 5 de las 6 provincias amazónicas superen el promedio nacional de casos de violencia contra las mujeres. 7 de cada 10 mujeres en la Amazonía han sido víctimas de violencia en algún momento de sus vidas. En Morona Santiago un 79% de mujeres han sido víctimas de violencia, en Napo un 77.7%, en Pastaza un 73%, en Zamora Chinchipe un 72%, en Sucumbíos un 66.3%, y en Orellana un 56.5% de mujeres víctimas.

Nuestra entrevistada resaltó que, a pesar de estos datos alarmantes, en la Amazonía solo existen dos casas de acogida que, en su mayoría, no reciben financiamiento directo del Estado, ya que dependen en gran medida de fundaciones y la sociedad civil. Auxilio Vera enfatizó que la responsabilidad del gobierno debería incluir la provisión de recursos y la gestión de estos espacios.

Es precisamente por esta razón que La Red de Mujeres Amazónicas aboga por la construcción y administración de una casa de acogida llamada “Nua Kakaram”. Argumentan que, siendo la Amazonía una región rica que contribuye significativamente al desarrollo económico del país, el gobierno debe asumir la responsabilidad de proporcionar un lugar seguro para las víctimas de violencia. Consideran que abordar la violencia contra las mujeres es una emergencia social que debe resolverse para lograr un desarrollo sostenible y sustentable, tal como lo establece el artículo 250 de la Constitución Política del Estado.

Por otro lado, encontramos a una valiente mujer indígena dispuesta a compartir su testimonio después de haber enfrentado años de violencia.

Rosa, una mujer indígena de la provincia de Morona Santiago, es un ejemplo de fuerza y resiliencia. Su historia ahora, es un ejemplo de superación que inspira a más mujeres.

Rosa nos relata cómo todo comenzó con violencia psicológica por parte de su pareja. “Al principio, él me decía que no servía para nada, que no podía lograr nada”, recuerda. A pesar de ser madre a una edad temprana, Rosa siempre aspiró a continuar con sus estudios y superarse. Sin embargo, su esposo le impedía lograrlo, insistiendo en que su lugar estaba en casa, cuidando a su hijo y realizando las tareas del hogar.

Trágicamente, la violencia que experimentó fue escalando con el tiempo, llegando incluso a la violencia física. Durante su segundo embarazo, los episodios de violencia se intensificaron tanto que, en un momento crítico, cayó en coma. Los médicos, lamentablemente, no pudieron salvar a su hijo nonato, y Rosa sufrió la pérdida devastadora.

Después de este trágico episodio, Rosa tomó la difícil decisión de replantear su vida. “Tuve que morir para empezar a vivir”, reflexiona. Se dio cuenta de su propia fortaleza como mujer indígena y se encontró a sí misma, aprendiendo a amarse a sí misma y a no depender de nadie más para su resurgimiento.

El proceso de recuperación de Rosa requirió una gran fortaleza y resiliencia. Su historia es un testimonio de la capacidad de las mujeres para superar desafíos aparentemente insuperables. Pero, como Rosa, muchas mujeres en Morona Santiago también enfrentan la violencia, y es una realidad trágica que algunas se convierten en víctimas de femicidio.

Es por ello que el colectivo busca que se construya y se gestione de manera urgente esta casa de acogida. “Es crucial ofrecer a las mujeres y sus hijos la posibilidad de salvar sus vidas antes de que ocurra un femicidio”, subrayó la activista, enfatizando la importancia de esta iniciativa.

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