Desde su lanzamiento en 1984, Ghostbusters ha resistido el paso del tiempo para convertirse en un verdadero ícono de la cultura popular, cautivando a generaciones con su mezcla única de comedia, acción y lo paranormal.
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Ésta generó una enorme franquicia de juguetes, dibujos animados y videojuegos; y aunque muchos digan que “debió quedarse con la primer película”, finalmente logró que sea imposible evitar pensar en aquel logotipo del fantasma caricaturesco atravesado por un signo de prohibición sobre él al tiempo que tarareas Who you gonna call? (tema principal interpretado por Ray Parker Jr.)
Con todo esto en mente, Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma (Ghostbusters: Frozen Empire) emerge como una entrega que conserva la esencia que distingue a la franquicia y que seguramente complacerá a los fans de corazón.
¿De qué va Ghostbusters: Apocalipsis Fantasma?
Ciertamente hay algo diferente en esta película respecto a las demás pero que al mismo tiempo se siente familiar. La cinta se ambienta dos años después de los eventos de Ghostbusters: Afterlife, cuando la nueva y la vieja generación de Cazafantasmas deben unir fuerzas para acabar con Garraka, un nuevo y amenazante villano con la fuerza sobrenatural para congelar a sus víctimas y a la ciudad de Nueva York entera.
Después de una breve introducción sobre el origen de la amenaza, nos reencontramos con la familia Spengler con Callie Spengler (Carrie Coon) a la cabeza, junto a sus hijos Phoebe Spengler (Mckenna Grace), Trevor Spengler (Finn Wolfhard) y su pareja, el profesor Gary Grooberson (Paul Rudd) mientras persiguen a un dragón etéreo que emerge de las alcantarillas, causando daños colaterales significativos. La situación se complica cuando el alcalde Walter Peck (interpretado por William Atherton) intenta poner fin a su actividades de cazafantasmas, incluyendo la antigua estación de bomberos que ahora llaman hogar. Por si fuera poco, Peck acusa a los Spengler de “explotación infantil”, argumentando que Phoebe, de 15 años, no debería estar trabajando con ellos.
Así que desde los primeros minutos de la cinta, ya tenemos demasiados elementos como para que la sala entera se emocione: Nueva York, un ser sobrenatural con poderes de hielo apocalípticos, los uniformes originales, una persecución a bordo del Ecto-1, un antiguo miembro antagónico y a una adolescente genio enfurecida.
El verdadero caos estalla cuando un antiguo artefacto, que resulta ser una prisión para Garraka, termina en manos de Ray Stantz (interpretado por Dan Aykroyd) después de que un sujeto llamado Nadeem Razmaadi (interpretado por Kumail Nanjiani) se lo vende.
A la par de esto, vemos a Phoebe que se siente frustrada ante la prohibición de trabajar como ghostbuster, lo que la lleva a establecer una inesperada conexión con una chica fantasma que falleció en un incendio y que, por razones obvias, no inspira confianza en cuanto aparece.
¿Vale la pena ver Ghostbusters: Frozen Empire?
La cinta vale la pena en tanto vayas con la idea de que está hecha para disfrutarse sin pretensiones; es lo que es y punto. En Ghostbusters: Frozen Empire suceden varias cosas que tienen a la crítica dividida: por un lado, tenemos la trama que se alinea con las dos entregas originales y que funciona como una continuación que se siente auténtica. Es una aventura emocionante, llena de nostalgia, easter eggs y esos toques de comedia simplona que necesitamos para desconectarnos del mundo. Sin embargo, es justamente porque pasan tantas cosas que pudo quedar corta en cuanto al desarrollo de ciertos momentos y ciertos personajes, incluyendo al mismo villano.
Eso sí, queremos más de McKenna Grace y esa dosis de girl power que le ha inyectado a esta entrega. A su corta edad ya se ha erigido como una figura destacada en Hollywoody y “Phoebe”, con su audacia y pasión por la ciencia, tiene el cerebro y la presencia para ser una digna sucesora de Egon Spengler sin ser Egon Spengler.
En 2016 ya se había intentado que las mujeres tomaran las riendas a través de una reinvención del equipo de cazafantasmas de la mano de Melissa McCarthy, Kristen Wiig, Kate McKinnon y Leslie Jones. Si bien fue una declaración audaz sobre la capacidad de las mujeres para liderar y triunfar en roles tradicionalmente masculinos, terminó con opiniones divididas y finalmente quedó en el olvido. Es por ello que ésta es la oportunidad para que McKenna se convierta en un referente para las niñas y adolescentes amantes de cintas con tintes de ciencia ficción.
Probablemente (o seguramente) este sea el inicio de una saga pensada en las nuevas generaciones que pueden ni siquiera tener relación con los originales y aún así disfrutarla.