¿Recuerdas todas veces que te burlaste de las cosas “exageradas” que hacía tu mamá y que te avergonzaban? Ahora es casi seguro que te has sorprendido haciendo las mismas cosas que tanto te causaban conflicto. Desde decir ciertas frases, hasta hacer algunos gestos o la perspectiva que tienes sobre ciertas cosas, de pronto te das cuenta que te has convertido en ella.
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Resulta curioso cómo cuanto más envejeces, más te pareces a la mujer que te crió, con todo y que juraste nunca ser como ella porque siempre hizo cosas que te molestaban. Claro que si bien hay ciertos patrones que estás tratando de cambiar, muchas cosas resultaron no ser tan malas y hasta te has dado cuenta de que tu madre siempre tuvo la razón.
Señales que indican que te estás convirtiendo en tu mamá
Nada es realmente “basura”
Quizá para ti, el ver a tu mamá acumular cosas viejas alegando que “aún funcionaban” te hacía pensar que sólo se estaba aferrando a algo inservible sin embargo, ahora que eres toda una adulta independiente y hasta has formado una familia, te has dado cuenta de lo costo que es todo y lo necesario que es maximizar el uso de todo.
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Tu bolso siempre está lleno de cosas, lo que significa que no puedes encontrar nada en él.
Cada vez que tu teléfono celular comienza a sonar, tienes que buscar entre todas las cosas que has metido en tu bolso “por si llegas a necesitarlas”. Todas cargamos con demasiadas cosas pero mamá siempre parecía llevar el doble con el fin de prepararse para una situación de emergencia. Es así como ahora, además de tecnología, tú llevas desde un paquete de pañuelos, hasta medicamentos, bolígrafos, libretas y toallas húmedas, hasta un suéter o calcetines extra.
Amas comprar (y sólo pasear) en tiendas de autoservicio con membresía
Seguramente odiabas que tu madre te llevara al supermercado y a las tiendas de autoservicio de membresía y en cuanto pudiste, dejaste de acompañarla. Sin embargo, ahora eres la visitante número uno de Costco porque sabes que es mejor comprar un paquete de 100 rollos de papel higiénico.
Dices frases que solía decir
Sin darte cuenta has comenzado a replicar frases que te molestaban que tu mamá las dijera. Esto es especialmente un golpe si tienes hijos y te has dado cuenta de que los regañas como ella solía regañarte. “Si María se avienta del puente, ¿tú también?”, “hay comida en la casa”, “¿qué crees que estoy pintada?”; “pónte el suéter”, son algunas de las frases más comunes que seguramente ya dices.
Criticas los modales de otras personas
Seguramente muchas veces criticaste a tu mamá por estar señalando el comportamiento de otros. Ahora decirle a todos tus conocidos lo grosera que está siendo otra persona en cierta situación cotidiana o que directamente te afectó en algo (como no darte las gracias o los buenos días) es algo completamente normal para ti.