Hace mucho tiempo quería compartir este tema con ustedes, ya que me ha significado una cambio grande en mi estilo de vida, al menos en mi casa.
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Desde que tengo uso de razón jamás me permitieron tener una televisión en mi pieza. Lo pasaba mal cuando en el colegio se comentaba entre mis compañeras el último capítulo de la teleserie de moda, o el programa nocturno que la llevaba en ese entonces. Muchas veces habré pedido a gritos este maravilloso artefacto, pero la verdad, es que hoy agradezco enormemente la decisión de mis padres.
No es de sorprender que las personas con TV en el dormitorio desarrollan una mayor tendencia a verlo por más tiempo, de cuatro a cinco horas más por semana, según investigaciones. Dos veces más que muchas de las personas con una TV en el dormitorio, fueron clasificados como pendientes de la TV por lo menos cinco horas al día, en comparación con los que no tienen uno.
Quizás la voluntad y el interés son factores que no toman en cuenta en este tipo de estudios de análisis de consumo, y que a muchas personas, tener una televisión en la pieza no significa mayor distracción; pero no se puede negar que tenerla a la mano implica una tentación grande y una pérdida de tiempo en ámbitos bastantes importantes como el sueño, la conversación, la reflexión, el silencio, y como no… la lectura.
Las invito a probar este estilo de vida. A dejar estos aparatos en otra pieza o simplemente desconectarlos de sus vidas. Les puedo asegurar que lograrán ganar tiempo valioso en cosas que se suelen dejar de lado.