Anoche, mientras celebrábamos la graduación de 4º medio de mi prima, los tíos comenzaron a bromear sobre quién se quedaría con qué. Cosa que me llamó mucho la atención ya que mi abuela está vivita y coleando pero bueno entiendo que todo es parte de las bromas y del momento de jolgorio.
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Pero qué pasa cuando este tipo de conversaciones pasa a otros tonos y adquiere ribetes mucho más complicados ¿Es la herencia familiar un motivo de desintegración de ésta misma?
Son varias las historias que reflejan la ambición y la transformación que sufren las personas por simples objetos de colección, propiedades y dinero en general. Tenemos la reconocida historia de la chilena María del Pilar Pérez más conocida como “La Quintrala” quien estuvo dispuesta a matar por quedarse con una fortuna que no le pertenecía o el padre de Michael Jackson que no tiene vergüenza de pelearse abiertamente con quien se le cruce por el camino para adjudicarse todos los derechos del material musical y dinero que el Rey del pop dejó.
Sabemos que el dinero y el poder hacen que las personas olviden todos sus valores y enseñanzas en pos de una vida mejor. Pero muchas veces quienes pelean las herencias ya tienen bastante y esa reacción de egoísmo es muy extraña y al parecer supera los niveles de la razón.
Debido a esta ambición familias completas se han desintegrado y es por el maldito dinero -como le dicen en algunas partes- que el ser humano saca a relucir lo peor de si eso que ni si quiera él sabe que tiene en su interior.
El otro día conversando con un amigo me contaba que desde que murió su abuela, con quién el vivió toda su vida, la cuidó y acompañó, uno de sus tíos anda como loco intentando echarlo de la casa que era de ella. Mi amigo me cuenta que la disputa ha llegado a involucrarlos en rencillas a golpes para defender lo que mi amigo quiere que se mantenga, ya que su argumento es que el tío venderá la casa y se malgastará el dinero.
Otro amigo se encuentra en una situación muy parecida, ya que su madre murió y ellos vivían en la casa de su abuela entonces, tras el deceso de su progenitora, sus tíos lo único que quieren es que se vaya para vender la propiedad al mejor postor.
Pero me pregunto cómo una familia prefiere el dinero a apoyar a un sobrino que es realmente responsable y se ha esforzado por salir adelante, si él no tiene dónde vivir en este momento, por qué no permitir que termine sus estudios y que encuentre trabajo para buscarse otros rumbos. Es la frialdad que entrega el dinero la que me asusta o en realidad aterra.
Volviendo a lo que les contaba al inicio, creo que conozco a mi familia y no tengo nada que temer, por el momento me interesa disfrutar lo que más pueda a mi abuela y seguir los pasos y consejos de una mujer esforzada que todo lo que tiene se lo ha ganado con sangre, sudor y lágrimas.