-Una vez leí un artículo dedicado a máquinas dispensadoras raras en diferentes ciudades. Algunos de esos los vi y se los conté en la columna de viajes: conchas para los peregrinos del Camino de Santiago en España y pizzas que salen de un agujero en tres minutos en Milán. Por eso cuando me encontré esta foto pensé que “realmente estos aparatos nos sacan de apuros”.
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¿Hasta dónde llega la creatividad? Al parecer muy lejos. La máquina de la foto está en la estación de Freising en Bavaria, Alemania y con una moneda te puede dar un test de embarazo, uno para determinar tu grado de alcohol en la sangre, otro para drogas, una prueba para saber si estás resfriado y un viagra líquido.
Podrían pensar que se debe a la necesidad que tenemos las mujeres de estar siempre preparadas. Que aparezca una mujer en la tapa del aparato no es casualidad, los publicistas nos conocen.
Yo en todo caso, prefiero quedarme con la otra teoría, esa que habla más del apuro callejero de último minuto que necesita una solución rápida. Porque esos elementos son lo que realmente buscamos en una urgencia y no paquetes de papas fritas, bebidas o chicles. Quizá por eso mismo es que hay tantos de estos aparatos que entregan condones en los baños o cepillos de dientes y antifaces para dormir y pantuflas en los aeropuertos.
Y esa es la lógica de las máquinas del artículo que alguna vez leí. Sacar de apuros: con 16 dólares puedes tener una bicicleta en Holanda; en Inglaterra obtienes zapatos elegantes insertando desde 10 hasta 75 dólares; paraguas y huevos frescos en Paraguay y langostas por tres dólares en Estados Unidos.