PUBLICIDAD
Esta idea no es mía, no. La saqué del libro “Por qué los hombres aman a las cabronas” que lleva más de un millón de ejemplares vendidos en el mundo, que tiene a miles de mujeres preguntando por él en las librerías, con copias agotadas en las tiendas de libros y un montón de fotocopias piratas vendidas en las calles. Todo un éxito. Pero en el fondo es mucho más que eso, es un texto que no calificaría de auto ayuda, pero sí como una guía para entender cómo pensamos las mujeres, cómo reaccionan los hombres y por qué ellos aman a las cabronas.
Esta guía debería ser leída por cada niña que entra en la adolescencia y comienza las relaciones, para que sepa cómo moverse con los hombres. Para su autora, Sherry Argov, las “cabronas” no son malas mujeres, de hecho parte del primer capítulo está dedicada a la eliminación del mito y la redefinición del término: son mujeres independientes que no le temen a la soledad y que no se mueren por estar con él. Actúan como un premio, así ellos siempre van a querer estar con ellas.
Recomendados
Jessy Constante: Un amor incondicional en la maternidad
Luna rosa: ¿cuándo y dónde se podrá ver el plenilunio de abril en su punto más brillante?
¿Cómo explotar tu sensualidad si eres mamá o estás metida en el arquetipo de la madre?
La “buena”, antagonista a la “cabrona”, es aquella que está disponible todo el tiempo, que lo llama constantemente, que se preocupa de hacerle una cena espectacular, que siempre le dice que sí con tal de no perder la relación, porque se muere sola. Le hace todo eso a un hombre que a penas conoce, pero él por su parte ya la tiene absolutamente controlada y la maneja como quiere.
La cabrona nunca le va a preparar una cena en los primeros meses, máximo abrirá un paquete de cabritas de maíz. La cena se la hará recién cuando considere que sea necesario y él así considerará que es mucho más importante para ella que hace unos meses. La buena estará destinada a cocinar cada vez que el tipo la vaya a ver.
La buena le preguntará por sus ex, en cambio la cabrona mirará la hora cuando él las mencione. Y es que las recuerda solo porque ya no están con él, no porque realmente las extrañe. Nosotras tenemos que actuar siempre como el regalo que le costó conseguir, ese que miraba todos los días en la vitrina y por el que tuvo que luchar y juntar cada peso que tenía para conseguirlo. La buena es como el regalo de navidad que llega rápido y que ni siquiera esperaban, por eso lo toma en cuenta por cinco minutos, pero luego se aburre y lo deja botado.
Todo es cuestión de actitud. Sherry Argov te muestra el camino para perder el miedo, ser independiente, segura de ti misma y sin sufrimiento conseguir lo que quieres. Nunca más cocinarle para conquistarlo, no más sufrimiento (si no quiere estar contigo entonces tú vas a querer siete veces menos estar con él, que no te importe), no quejarte más y menos sacrificar tu vida por estar con él, si te quiere ir a ver a las doce de la noche y tú no quieres, entonces no lo recibes y punto. La buena le abre la puerta y a veces incluso va ella a su casa, solo le falta el letrero que dice “Estoy disponible”.
La cabrona nunca se va a comparar con otras mujeres porque ella siempre va a parecer como un 12, aunque sea en realidad un 6, es solo cuestión de actitud. Aunque estén mostrando a una modelo en la televisión, ella no hará comentarios, no los necesita porque es mucho mejor y así él comprenderá que está con alguien que no necesita ser comparada con otras porque primero es mucho mejor y segundo es mil veces más segura.
Este libro está lleno de consejos de ese tipo y escrito en una forma muy divertida y amigable a la lectura, con cuadros comparativos, entrevistas y testimonios. Lo pueden encontrar en cualquier librería, a menos que esté agotado.