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No al transporte escolar

En busca de la mejor opción.

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A estas alturas del mes de marzo acá en Chile, todos los niños y niñas deberían estar ya en pleno período de clases. Bueno, es al menos en lo que está mi hija Sofía por estos días, comenzando a cursar su tercer año básico. Y claro, junto a que ella comience sus clases viene la tarea no menor de llevarla y traerla del colegio diariamente, durante prácticamente diez meses.

¿Cómo resuelvo yo este tema? La verdad es que, como no vivo con mi hija, el asunto me toca sólo de manera tangencial. Esto, porque su madre –Victoria- es quien la lleva al colegio cada mañana. Afortunadamente, este le queda de camino entre su casa y el trabajo. Lo único malo de todo esto es que –como trabaja en una agencia de publicidad- llega a su oficina a las ocho y media de la mañana, cuando aún no hay nadie ahí. Algunas veces le sirve para adelantar trabajo, pero en otras ocasiones no le queda otra que entretenerse leyendo la prensa por Internet o incuso durmiendo unos minutos en un sofá que se instaló para estos fines.

¿Qué me toca a mí en todo este asunto? Poco, para ser honesto. Sólo cubro a Victoria cuando está de viaje, cuando tiene alguna reunión a la misma hora o cuando simplemente no le da el cuero para levantarse y partir al colegio con  nuestra hija. Sin temor a equivocarme, a mí me toca llevarla por las mañanas no más de cinco veces por mes.

Sin embargo, la salida de clases de Sofía es todo un problema. Para todos. Esto, porque  termina sus clases prácticamente cada día a un horario distinto. Algunos días a las tres y media, otros a las cuatro e incluso uno a las cinco. Y claro, no es fácil moverse por la ciudad –aunque no sean tantas cuadras y uno lo haga en taxi- para ir a buscarla y llevarla a su casa, donde una persona la cuida durante un par de horas, hasta que llega su madre. Por lo general nos turnamos con Victoria. Una semana ella y otra yo. Y cuando alguno no puede nos cubrimos o, en situaciones muy excepcionales, su madre toma la posta.

Pero, ¿Por qué no contratar algún tipo de transporte privado para nuestra Sofía? Muchos nos han hecho esta pregunta, pero la verdad es que preferimos seguir con esta modalidad de turnos por varias razones. Primero, por un asunto de lucas. Mal que mal, un transporte seguro y confiable es mucho más caro que andar de arriba para abajo en taxi. Segundo, porque el tiempo que cada uno de nosotros pasa arriba de estos vehículos de alquiler es un tiempo muy valioso. Podemos hablar con nuestra hija, saber cómo va su día, responder inquietudes y mucho más. Además, con Victoria queremos que en un futuro no demasiado lejano Sofía pueda moverse sola por la ciudad, y por lo mismo, estos desplazamientos que hacemos con ella estamos seguro le ayudarán más adelante.

Es un poco latoso esto de cortar la jornada laboral o incluso levantarse antes de lo que uno debería para ir al trabajo, pero bueno, en la vida hay que hacer sacrificios. Y si son por una hija, mucho mejor.

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