Después de llevar unos casi 3 años, controlando la Disautonomía con la Acupuntura, de manera bastante regular y eficiente, yo ya venía con inquietudes como las que les expresaba la semana pasada y un buen día, él que fue mi pareja en ese momento, después de ir a buscarme de una sesión, me dice a quema ropa; “Yo creo que tu le das muchas importancia a la Disautonomía”… obviamente mi primera reacción fue de enojo y ganas de gritarle: “¡es que tu no entiendes!”…pero como siguió hablando y elaborando teorías sin parar, sumergida en mi enojo escuché la siguiente pregunta: Pauli, ¿te imaginas sin Disautonomía? Y caí en cuenta de que NO, hace mucho rato, que ni siquiera se me había ocurrido pensar en mí sin la Dis, había creado un blog para halar de ella y así obtener mas información, apoyo…y claro, desde el día que me dijeron que la tenía, aprendí y busque como adaptarme mejor.
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En esa búsqueda llegue a la Acupuntura y la filosofía de la medicina China propone que las enfermedades son productos de emociones desbordadas, que pasan a lo físico. Yo venía entendiendo que mis crisis estaban relacionadas con situaciones emocionales estresantes y al final lo que hacía con la acupuntura era mantener regulada la energía y así estar bien.
Entonces, de esa conversación, me dije y ¿si no la tomo en cuenta más? de inmediato aparecieron los miedos, y ¿si mi desmayo por no ir más al acupunturista? y ¿si me siento mal y no se me pasa? y si y si y si…se llenó mi cabeza de todos los escenarios, ya visitados en el pasado…pero en un momento me aburrí de escucharme y me dije, VOY A PROBAR, sintiendo que a esta altura, lo peor que me podía pasar era volver gateando y pidiendo perdón al terapeuta, cosa que ya me había pasado, pero por que no fui a verlo por no tener tiempo, nunca había sido por decisión.
Mi abuela materna, que se hizo cargo de la mayor parte de mi crianza, de muy pequeña siempre me habló del poder de la visualización, “LO CREES, LO CREAS” y no fue hasta ese momento de mi vida, que lo lleve a su máxima expresión.
Los primeros meses fueron muy buenos, básicamente, por que la vida estaba tranquila y feliz. Habían días en que despertaba muy mareada, pero mi actitud era: “OK, NO PASA NADA, SE VA A PASAR” o derechamente, cuál loca decía en voz alta “NO TE PESCO, NO TIENES LUGAR, PARAAAAAA!!!” …Lo maravilloso fue que funcionaba 🙂 y por lo mismo fue tomando fuerza. Solo una vez, no lo logré, pero no desistí de la idea, ni me desanime. En marzo, cuando ya llevaba 5 meses con esta prueba y la recaída ya mencionada, me inicie en primer nivel de REIKI, que es de mucha ayuda y una herramienta que me ofrece la LIBERTAD de hacerme terapia cuando creo necesitarla.
La prueba de fuego llegó en Junio del 2012, cuando mi relación de pareja se desmoronó de un momento a otro. Estuve con mucha pena un semestre completo, mucho llanto, harto drama… pero en cuanto a la Dis, ya llevaba tanto tiempo bien, sentía que había avanzado tanto, que no le dí fuerza alguna en el momento que estaba viviendo.
Y así han pasado 19 meses, donde hoy, ya no hay ni rastro de ella 🙂