Hay frases dolorosas, hay frases que nos rompen el corazón y esta. Porque no se está hablando de cuánto le gustas, de si eres buen@ en la cama y menos si eres buena o mala persona. Estamos hablando que esa persona no se proyecta contigo, considera más de algún prejuicio y eso, sólo eso, es lo que los separa. Construye una muralla gigantezca sin vuelta atrás.
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¿Cuántas (buenas) parejas no se han visto nunca juntas? ¿Cuántas personas que eran absolutamente distintas y de mundos” opuestos” finalmente terminan felices? ¿Será acaso que los prejuicios nos juegan demasiado en contra?
El estereotipo
Nos llenamos de estereotipos absurdos en el que la persona que nos haga felices debe ser como la que ponemos en la cabeza: debe tener un estereotipo que desde pequeños nos identifica ” Me gustan los morenos” “Me gustan las rubias de pelo liso” , “Es que a mí no me gustan los minos así” , “yo prefiero que las minas sean asá”. Y otra vez vamos con el príncipe azul que nos impuso Disney y Hollywood, y te convencieron que ese hueón que venía en el caballo blanco, con una sonrisa perfecta. Pero se les olvidó decir que ese lolito le gustaba un equipo de fútbol y no razonaba cuando jugaba, se le olvidó decir que no bajaba la tapa del baño y que a veces, por mucho que le dijeras ¿Qué te pasa? no te iba a decir mucho más qué “No me pasa nada”. Los estereotipos nos hacen pensar en cosas que no son ni existen, poniéndole a todos una medida y calificándolos por algo que no vale la pena. Lo que quería tu mamá para tí , tal vez no sea lo que tu corazón dictó esta vez. El estereotipo es la versión mejorada de tus sueños de alguien, pero derrepente hace que no veas al resto de la gente que potencialmente te podría hacer más feliz.
Miedo
¿Miedo a qué? Miedo a sufrir. Miedo a lo desconocido. Miedo a lo que diga tu familia o tus amigos, que son personas importantísimas para tí, pero que mal que mal no tienen injerencia en una cosa que es de 2 personas. O no deberían tenerla. Pero ahi estás, no sólo queriendo cumplir con tu estereotipo sino con el estereotipo que los otros quieren para tí. Y eso a la larga se cae, se quiebra.
¿Qué es lo importante?
Cuando más chicas, probablemente nos gusta alguien porque es el más guapo, el más deseado. En general las mujeres más adultas tienen a buscar una seguridad económica que les permita estar tranquilas a la hora de formar una familia. Pero si nos ponemos a pensar, en un caso extremos como una catástrofe natural o la enfermedad de un hijo ¿Qué es lo importante? ¿Alguien que tenga una gran chequera o alguien que sea capaz de sostenerte y dejarse sostener cuando hayan dificultades? ¿Un súper modelo o esa persona que esté contigo, remando para el mismo lado? ¿Alguien que te ama o alguien que está contigo por un interés más banal?
No me veo contigo
Una sentencia de muerte, por un prejuicio. Porque no es lo que quería tu mamá para tí, no es la persona que diseñaste en tu cabeza -y déjame decirte una cosa- no existe. Porque cuando dibujas un límite, entre lo que te debiera gustar y lo que te gusta, siempre vas a encontrar una gran diferencia. Los sentimientos no son un supermercado donde sabes exactamente qué es lo que vas a comprar y cuánto vale. Porque mientras puedes armar una historia perfecta en tu cabeza y sufrir por no encontrar a los protagonistas o puedes simplemente hacer oídos sordos de esos prejuicios que hay en tu cabeza y simplemente dejarte llevar por lo que sientes. Probablemente te equivoques muchas veces ¿Pero y si no?