Isabella pensó que al separarse de su marido, con quien llevaba 25 años de casada y una relación altamente violenta y tormentosa, lo mejor sería encontrar a una pareja tranquila, donde los compromisos no fueran precisamente algo importante en la relación, pero se equivocó. Esta mujer de 53 años fue brutalmente golpeada por un joven hombre que le dejó fracturada las costillas, la nariz y un tremendo miedo a las personas.
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Sin embargo lo que le ocurrió a Isabella no es un caso único. Las autoridades italianas han tenido varios casos de mujeres maduras que han presentado un caso de violencia doméstica importante por parte de sus parejas que casualmente son todos menores que ellas.
Se trata según la policia italiana del “fenómeno del puma”, también conocido como “el ataque del puma”, hombres jóvenes que se alimentan de mujeres mayores, donde el dinero que estas mujeres proveen a la relación es significativo, luego de que han tenido suficientes gratificaciones, las golpean y maltratan física y mentalmente, para luego dejarlas abandonadas.
Un caso totalmente dramático fue el de Beatriz. No tuvo la misma suerte de Isabella porque fue apuñalada hasta la muerte por su pareja 15 años menor, con quien llevaba una relación de algo más de un año.
Conocido es en el mundo que existe el homicidio hacia una de las partes de la relación, pero la curiosidad ha crecido en torno a la edad de la pareja porque “el número de víctimas entre 45 y 54 años creció en el 28 por ciento en el año pasado”, dice la activista Dacia Maraini.
Couger Italia se ha convertido en la página web famosa para conseguir pareja para mujeres maduras, donde se puede elegir libremente quien será la próxima cita.
Para Maraini esto es un grito de ayuda que debe ser escuchado ahora puesto que las cifras sólo arrojan que los homicidios van en alza, por lo que las mujeres deben tomar conciencia ahora de lo que pasa. También culpa a la tradicional sociedad italiana de no enseñar de temprana edad a los hombres que las mujeres son sus iguales, y no de una clase inferior.
Fuente: The Daily Beast