Parece que los días de sol ya llegaron para quedarse y con ellos comenzamos a usar menos ropa. Los kilos demás que nos dejó el invierno se notan y hacemos lo posible por erradicarlos de nuestro cuerpo para estar listas para los meses de vacaciones. Quizás es una cuestión de ego, que dejémoslo claro, es bueno tener de vez en cuando, y hacemos dietas fulminantes y restrictivas que nos hacen bajar de peso, pero a costa de bastante sufrimiento (y cuando digo bastante es BASTANTE).
PUBLICIDAD
Quizás seas de las que aman el agua y las infusiones y sabes que muchas de ellas te harán adelgazar, pero quizás lo que no sabías es que hay hábitos que estás llevando que probablemente te están haciendo subir de peso. Si los cambias, podrás verte más delgada en un tiempo no muy largo. ¿Quieres conocerlos?
No estás durmiendo lo suficiente
¿Has notado que tu estomago gruñe cuando tu despertador se activó antes o tuviste que salir de la cama a muy poco tiempo de haber conciliado el sueño? Esto se debe a que la falta de sueño se ha relacionado con niveles más altos de la hormona grelina, responsable de desencadenar el hambre.
Recomendados
12 nombres que significan “vida” para niño y niña: son bonitos y tienen distintos orígenes
¿Desmotivada? 5 formas de recuperar las energías para estar más activa
20 nombres franceses bonitos para niña y niño con su significado: todos suenan bien en español
Además, cuando estás privado de sueño, por lo general se anhela comer carbohidratos, alimentos famosos por ser ricos en calorías. De hecho, si duermes poco tienes un riesgo mayor de padecer obesidad.
Ayer comiste demasiado
La ciencia no tiene una explicación completamente certera sobre este punto, pero no se puede negar la sensación de ir a la cama llena de comida después de haber ido a un restorán o cocinado algo en casa con tu pareja y amigos, y despertar con un hambre capaz de arrasar con toda la despensa. No es que tu estómago se haya agrandado con la comida que ingeriste la noche anterior, pero el exceso de almidones puede desencadenar cambios en el azúcar, los que engañan al cerebro haciéndole pensar que aún no está satisfecho con la comida ingerida.
Estás con síndrome pre menstrual
Muchas mujeres saben que esto es intuitivamente cierto, pero no hay pruebas sólidas para respaldar los atracones que hacemos cuando andamos en los días previos a nuestro periodo. Generalmente sentimos hambre, pero también una insatisfacción general con nuestro cuerpo, es decir, una avalancha de emociones, ya que generalmente después de comer vienen los sentimientos de culpa.
Estás tomando un mal desayuno
La comida más importante del día es también una de los más fáciles de estropear. Comer un mal desayuno puede hacer que un día sea pésimo. En un estudio, las personas que comían desayunos ricos en proteínas tenían menos probabilidades de sentir necesidad de consumir alimentos grasos o azucarados. Quizás también estás consumiendo poca fibra, debes tenerlo en cuenta.
Una barra de granola o una porción pequeña de fruta es una opción rápida y fácil para las mañanas, pero te harán sentir poco satisfecha y terminarás queriendo comer algo antes de tu almuerzo.
Estás tomando ciertos medicamentos
Medicamentos para todo, desde la artritis hasta las alergias pueden estimular tu apetito. En los últimos 20 años, el número de medicamentos que tenían un efecto colateral de este tipo han aumentado de 1 de cada 10 a 1 de cada 4. En algunos casos, tan pronto como hayas terminado tu tratamiento, el apetito volverá a la normalidad, pero para las condiciones crónicas que requieren tratamiento de por vida, los expertos sugieren discutir tus opciones con el médico.
Estás acostumbrada a tomar bebidas reducidas en calorías
Un refresco dulce sin calorías envía un poderoso mensaje al cerebro y le dice que las calorías van en camino. Solo este sabor tiene el poder de desencadenar terribles calambres de hambre, para indicarnos que debemos comer pronto. Aunque todavía se sigue investigando al respecto, es un buen motivo para dejar todas las bebidas artificiales y comenzar a optar por el agua.
Quizás solo tienes sed
Un poco de deshidratación leve puede darte sensación de fatiga, lo que hará que desees comer algo cuando lo que deberías hacer es tomar agua. Los expertos generalmente recomiendan a las personas ansiosas tomar un vaso de agua y esperar un par de minutos antes de ceder a la necesidad imperiosa de comida. Trata de imaginar en ese momento de hambre si podrías comerte un gran plato de tu comida favorita: si no te resulta francamente tentador, quizás sí debas correr a buscar líquidos.
Razones para hacer dietas hay muchas, y la gran mayoría son válidas. Quizás con estos consejos puedas ayudarte un poco más en esta ardua tarea en contra de los kilos de más. ¿Los pondrías en práctica? ¡Cuéntanos!