Chile está pasando por un momento social, cultural y político muy importante. Al fin discutimos sobre la despenalización del aborto en 3 causales específicas y sobre la posibilidad de que una mujer pueda elegir si quiere ser madre del hijo de su violador o no.
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Lo que menos necesitamos ahora son opiniones sesgadas, conceptos técnicos y palabras que ninguno de nosotros logra entender. Lo que sí queremos, son testimonios como el que compartió la escritora chilena y autora de Joven y Alocada, Camila Gutiérrez.
En la sección Voces de La Tercera, decidió contar de forma abierta y sincera cómo es abortar, lo que se siente, lo que no y lo que todos los demás se imaginan sobre ello:
Aborté hace dos años. Pero luego me empecé a enredar un poco: tal vez no era bueno partir así. Tal vez era mejor partir contando la historia completa, conmover a los lectores, hacerlos empatizar y, así, poder cerrar con la frase del aborto.
Ella menciona una palabra clave que siempre debería estar presente cuando se habla sobre el aborto: la culpa. Ese sentimiento que se nos obligó a asimilar desde que éramos niñas, y sobre todo a las que fuimos a colegios conservadores y católicos: si estás pensando en la posibilidad de abortar, tienes que decir todo lo que puedas a tu favor para que los demás no piensen tan mal de ti . ¿Por qué?
Aborté hace dos años. ¿Fue doloroso? Sí ¿Fue precario? Sí. ¿Los días previos fueron difíciles? ¿Los posteriores? Sí y sí. Sí a todo, cómo no decir sí en un país donde el aborto no es legal. Pero también puedo decir un montón de cosas más: no me arrepiento, no me siento mal por haberlo hecho, no lo dudé ni medio segundo, cuando pasó fue un alivio inmenso, no marcó mi vida e, incluso, mientras lo hacía, aceleré las contracciones jugando Just Dance.
¿Por qué el debate del aborto en Chile incluye sólo tres causales? Camila declara que son, justamente, las causales en las que se involucra el dolor de la mujer, porque si no hay dolor, esto no puede ser aceptable o justificable, porque la mujer no es más que “un espacio que se valida en torno al otro”.
Una reflexión que hace sentido y que nos hace ver las cosas desde perspectivas más sinceras.