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Casa Oaxaca: un refugio colonial para disfrutar el Día de Muertos

Una casona del S. XVII en el centro de la ciudad, alberga una posada de siete habitaciones que combina la tradición y el lujo de forma excepcional.

Refugio colonial en Oaxaca para Día de Muertos.
Refugio colonial en Oaxaca para Día de Muertos. Cortesía Casa Oaxaca

Viajar siempre implica hacer ciertos sacrificios. El más común es no sentirnos en casa y perder esa sensación de arraigo que conforme transcurre un viaje nos invita a regresar.

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Esto no sucede en la Posada Casa Oaxaca.

Un hotel con espíritu de hogar

Si bien la Posada Casa Oaxaca se considera un hotel boutique y eso presupone una serie de amenidades, en el caso de esta casa color azul cielo con una discreta entrada peatonal, da a quien la visita una sensación de haber llegado a casa.

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El silencio interrumpido esporádicamente por pájaros que habitan los árboles del patio interior es un lujo durante el desayuno o la comida, misma que se prepara diariamente y que se presenta en un menú que pretende no serlo, como nos explica el chef Alejandro Ruíz, socio del hotel.

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“La idea siempre fue volver al origen en cuanto a comida se refiere; hacerla un encuentro familiar. En lugar de menú, ofrecemos una pequeña lista de platillos que se preparan al momento con ingredientes de temporada; es como cuando uno está en casa. Además, siempre utilizamos productos 100% locales, o como yo los llamo: criollos”.

Diariamente se ofrecen tres sugerencias del chef para desayuno, comida y cena, y la pequeña carta cambia cada tres meses e incorpora platillos de temporada y nuevas creaciones, aunque los huéspedes siempre pueden pedir algo que no esté en la lista.

Refugio colonial

La posada se ubica dentro de una casa del siglo XVII, que adquirieron Jorge Quintanar y Mercedes Audelo a principios de los años noventa, concebida como el refugio de sus constantes viajes a Oaxaca, sin embargo, con el paso de los años la casa sufrió varios cambios (diseñados por ellos mismos) hasta que el 21 de marzo de 1997 finalmente abrió sus puertas al público como un pequeño hotel de siete habitaciones.

El interiorismo del lugar fue concebido por Barbara Kronzucker, quien siempre buscó el intercambio de ideas con los propietarios y la preservación de la cultura oaxaqueña en los espacios que intervino.

Al igual que en el restaurante, todo lo que vemos dentro de las siete habitaciones y las áreas comunes del hotel se produce en Oaxaca; desde la obra del pintor José Villalobos que decora los muros, o los blancos de la marca Textiles Orozco en las habitaciones, hasta la cerámica de barro rojo de San Marcos Tlapazola que se utiliza en el restaurante.

El mobiliario se encargó directamente al Centro de Diseño Alamán y los objetos decorativos y algunos accesorios son de la tienda Lanii, propiedad de la hija de Francisco Toledo. Otras marcas locales que se utilizaron pertenecen al Proyecto Oaxifornia de Raúl Cabra.

Para Día de Muertos

Oaxaca es sin duda uno de los lugares más visitados por motivo del día de muertos. Las ofrendas y altares que se colocan en toda la ciudad son el atractivo de estos días, además de la comida tradicional de estas fechas.

Por esto último, el chef Alejandro Ruiz ofrecerá una cena especial para los huéspedes del hotel con música en vivo y una serie de platillos para la ocasión.

Adicionalmente, el jueves 3 de noviembre los huéspedes del hotel podrán inscribirse a una clase de cocina impartida por Alejandro en la huerta del hotel, ubicada en el poblado de Portozuelo, a media hora del centro de Oaxaca. La transportación será proporcionada por el hotel.

La posada es sin duda un lugar para disfrutar Oaxaca de forma íntima, más cercana a su cultura y su gente pero con las comodidades y calidez que brindan sus anfitriones. Esto es el verdadero lujo.

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