En un mundo donde las demandas laborales pueden ser cada vez más abrumadoras, aprender a establecer límites se vuelve esencial para mantener un equilibrio saludable entre la vida laboral y personal.
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Sin embargo, la idea de decir “no” a menudo se percibe como algo negativo, poco profesional que pone en duda el compromiso y proactividad de los colaboradores, cuando no debería representar un obstáculo para ninguna de las partes si se maneja de la forma correcta.
“Como mujer profesional o líder femenino es muy importante que tengas claras tus prioridades. Decir que ‘no’ es un precio profesional enorme porque a final de cuentas es un rechazo, por eso es importante que aprendas cómo hacerlo para poder afinar tu inteligencia política y seguir haciendo tu capital social”, señaló Nora Taboada, Coach Ejecutiva, Autora, Speaker y Fundadora de AFE Liderazgo Consciente en entrevista con Nueva Mujer
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“Decir que ‘no’ es algo que nos cuesta mucho trabajo, sobretodo a las mujeres porque hay por ahí una necesidad de que debemos probarnos todo el tiempo o un exceso de complacencia”, agregó.
La importancia de decir “no” en el trabajo
El ‘no’ es una palabra que puede convertirse en una herramienta poderosa para la priorización efectiva, la gestión del tiempo y el fortalecimiento de relaciones laborales, permitiendo a los profesionales alcanzar el éxito sin sacrificar su bienestar.
“Con toda la revolución digital y todos los cambios en las empresas, de pronto te llenas de cosas que no van con tu puesto. Ya seas líder o colaborador, tenemos un exceso de carga de trabajo y es porque está cambiando todo el entorno de negocios. Por eso es que es tan importante aprender a decir que ‘no’”, señaló Taboada.
De acuerdo con la especialista, negarse a hacer ciertas tareas es muy válido siempre y cuando sea honrando la autoridad del jefe. “Se vale decir ‘no’ si va a poner en riesgo tus resultados o tareas fundamentales. Hay que priorizar. También se vale decirlo cuando es algo completamente irracional, cuando no tienes los recursos o el tiempo. Hay que buscar maneras de negociar”.
Establecer límites te permite priorizar tu bienestar sin descuidar el trabajo
Establecer límites no sólo preserva la salud mental y física del empleado, sino que también contribuye a un entorno laboral más equilibrado y productivo. Sin embargo, Taboada señaló que cuando la misma cultura de la empresa no lo permite debido a la sobrecarga e idea de que es algo prohibido, se vuelve un problema pues el estrés eventualmente cobra factura.
“La necesidad de decir ‘no’ y poner límites es tan importante como cargar gasolina. Necesitas poner límites o el estrés empieza a hacer estragos en tu salud física y mental. Queremos bienestar y esto está comprobado ser parte de la productividad”.
De acuerdo con la especialista cuando una empresa o líder permite a los colaboradores tomar periodos de descanso, estos están más enfocados, su cerebro funciona mejor y tiene mejor desempeño que en una cultura de agotamiento donde hay ausentismo y mucha rotación. “Si queremos un capitalismo consciente y en términos de sostenibilidad humana, necesitamos reflexionar esta necesidad de un buen balance vida-trabajo”.
Entonces, ¿cómo decir que ‘no’ para priorizar nuestro bienestar sin dejar de ser profesionales? Taboada señala que la manera correcta es decir ‘no’ a la tarea pero ‘sí’ a la persona. “Sentarse a hablar para llegar a la mejor opción. El ‘no’ siempre debe ir acompañado de una buena negociación, de alternativas, de tu deseo de contribuir de otra manera para que sea un ganar-ganar. Lo más importante es abrirnos al diálogo para que pueda estar sobre la mesa esta productividad pero también esta necesidad de bienestar”.
La especialista destaca que si bien decir “no” puede causar temor, nunca hay que dar falsas esperanzas, siempre hay que buscar ser concretos y explicar las razones del por qué estamos rechazando algo pero sin extendernos demasiado. “Cuando tienes claras tus fortalezas y áreas de oportunidad es mucho más fácil que aceptes o no ciertas condiciones”, puntualizó.
Medidas de autocuidado a tomar en cuenta
- Date permiso de descansar y empieza a pensar más en una gestión de energía que de tiempo.
- No esperes a estar agotada. Necesitamos descanso. La desconexión también es productividad.